#. 𝐎𝟕 ⊹ ۫

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La mañana del 25 ya estaba asomando. La familia Martínez descansaba en su hogar, los invitados se habían ido, excepto Damián claramente... Y Julián. ¿Por qué este último no? Bueno, Amanda y Dibu acordaron que el menor se quedara con ellos dado a que había llegado solo y había tomado en la fiesta. Entonces, para no filtrar su dirección con algún remis o algo, le dijeron que se quede hasta el día siguiente, además así estaban seguros de que nada le iba a pasar.

Eran las 7 de la mañana cuando Santi, el hijo mayor del matrimonio, se levantó y fue a despertar a sus padres, a su tío e incluso a Juli. Estaba desesperado por abrir los regalos, después de todo, la cantidad de bolsas que había abajo del arbolito era algo que jamás había visto, y su entusiasmo era demasiado.

Emi y Amanda estaban sumamente cansados y le dijeron que sí iban a ir, pero terminaron durmiendo de nuevo. Así que el nene fue a despertar a Damián. Entró, se subió a la cama y como vió a alguien más con él, empezó a saltar para así despertarlos a los dos.

Damián se quejó por lo bajo y cuando despertó y vió al nene arriba de su cama, sonrió. — Santi, te vas a caer. —Lo calmó y el nene le hizo caso.

Estiró su brazo para agarrar su teléfono y así fijarse la hora, se sorprendió cuando vió que eran las 7:15 de la mañana y Santi ya estaba despierto.

— Creo que estás un poco emocionado por abrir los regalos, ¿No? —Se fijó en que Santi le asentía con euforia.— Voy al baño, mientras, despertalo a este.

Sonrió con algo de malicia y se levantó de la cama, solo tenía un pantalón puesto ya que sabía que los nenes a la larga entraban a su pieza, así que agarró ropa limpia del Placard y se metió a bañar mientras que Santi hacia su trabajo.

Diez minutos después, salió del baño ya cambiado y se sorprendió ver a Julián y a Santi medio peleando en la cama, pero en forma de juego.

— ¿Qué hacen? —Preguntó mientras se acomodaba el pelo.

— Me pegó. —Dijo Santi, llevándose una mirada de sorpresa de parte del cordobés.

— ¡No, mentira, no le pegué! —Se defendió.

Damián se rió, conocía ese tipo de juegos del menor, así que no dijo nada más, se acercó a Santi y lo cargó en brazos para después empezar a hacerle cosquillas y hacer reír al nene.

Mientras tanto, Julián los miraba con una sonrisa dulce mientras se sentaba en la cama. — ¿Desde cuándo te llevas así de bien con los nenes?

— Ni idea, es un don. —Sentó a Santi en sus hombros y sostuvo sus piernas para que no se caiga.

Julián mientras se paraba de la cama y estaba igual que Damián cuando se había levantado, sin remera y con un pantalón.

— Andá a bañarte así desayunamos.

— Eeeh, banca un toque, ni que fueras mi viejo.

— Dale pelotudo. —Sonrió en lo que se acercó y lo pateó ligeramente en el culo mientras que Julián se tiraba para adelante para no ser golpeado.

Damián estuvo jugando un rato con Santi en sus hombros mientras que Julián se bañaba y cuando ya estuvieron los tres listos, el marplatense le dijo a su compañero que baje con el nene mientras que él iba a buscar a Ava, que seguramente ya estaba despierta.

Al entrar a la pieza, la vió jugando con un peluche que tenía en la cuna, y al ver a su tío-no-tío, empezó a reír y a pedir que le hiciera upa, cosa que claramente hizo y finalmente bajó hasta la cocina.

— Bueno, ¿Qué quieren desayunar?

Santi asintió, Julián aceptó y Ava parecía que había entendido lo que había dicho y sonrió también. Así que Damián se puso manos a la obra y empezó a hacer el desayuno mientras Julián cuidaba que los nenes no se golpeen.

𝘓𝘖𝘝𝘌 𝘓𝘈𝘕𝘎𝘜𝘈𝘎𝘌   |   Julián Álvarez x Oc!MaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora