#. 𝟏𝟗 ⊹ ۫

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Damián no logró dormir mucho, a penas unas 3 horas. En cambio, Julián durmió 8 horas de corrido encima del pecho del contrario.

Eran las 9 de la mañana cuando los dos chicos se despertaron casi al mismo tiempo solo porque Julián se movió en la cama. Damián no tenía el sueño pesado, y se despertaba con cualquier cosa.

— Buenos días. —Dijo Damián con una voz más grave y rasposa de lo normal.

El menor al escucharlo, le sonrió de forma dulce y lo miró mientras se sentaba en la cama y se estiraba.

— Buenos días Dami, ¿Dormiste bien?

— ¿Mmh? —Soltó. Estaba perdido y dormido todavía.

— No dormiste nada, ¿No?

Damián, cómo respuesta, se volvió a acomodar en la cama y en menos de 5 segundos ya estaba dormido de nuevo.

Julián río ligeramente al ver esa escena, y para no molestarlo, se levantó, se fue a bañar y a preparar para ir a entrenar un rato.

Los días estaban helados últimamente, la nieve era algo de todos los días, pero aún así tenía que entrenar, sabía que tenía que hacerlo por disciplina propia y porque no quería perder la constancia.

Terminó de acomodarse y bajó directo a desayunar. Estuvo revisando varios mensajes de sus compañeros, Instagram, Twitter, todas las redes sociales que usaba a diario hasta que sintió pasos bajando por la escalera.

Cuando se levantó y fue a la puerta de la cocina, vió a Damián, con SU camiseta puesta (o sea la 9) un pantalón jogger negro y todavía medio dormido. Claramente no desaprovechó la oportunidad y prendió la cámara para así grabarlo.

Vió cómo se tiró en el sillón, agarró una frazada y se tapó con ella. Claramente todo había sido grabado por el menor y después lo mandó a Instagram, escribió un “Llegó ayer y anda tranqui por suerte 🤍💤”  y finalmente lo terminó subiendo, igual que una foto de Damián durmiendo, dejando que solo se note de su cachete para arriba. Puso dos corazones celestes y fue a terminar su desayuno de una vez.

A las 9:30 terminó de desayunar y empezó a prepararse para salir. Campera, guantes, buzo, cuello térmico y su tan amado termo y mate. Si se iba a cagar de frío, se iba a cagar de frío con un mate en la mano.

Fue al lado del sillón para saludar a Damián y lo destapó ligeramente para darle un beso en los labios y después uno en la frente. Lo volvió a  tapar como estaba y le dejó una notita en la mesa ratona para después irse de la casa al fin.

Subió al auto, lo prendió y manejó hasta el predio del City, dónde ya estaban todos sus amigos y compañeros.

— ¡Julián! —Dijo feliz Haaland al verlo.

— ¿Qué hacé’ grandote?

Los dos se abrazaron y seguido a eso estuvieron entrenando todo alrededor de tres horas juntos, la mitad del tiempo.

En lo que ellos entrenaban, Damián se había despertado hace una hora aproximadamente, se hizo un café, pidió un taxi y fue al predio del City para estar con sus amigos.

Al entrar, los de seguridad lo saludaron bastante animados. Cuando entró al gimnasio del predio, todos se quedaron mirándolo, y los primeros en ir a abrazarlo fueron De Bruyne y Foden, sus dos mejores amigos.

— ¡Volviste! —Dijo Foden con una sonrisa imborrable.

— Te extrañamos idiota. —Soltó Kevin.

Claramente los dos hablaban en inglés, así que Damián tenía que contestarles de la misma forma. — Ya estoy acá, tampoco para tanto, me fuí una semana solamente.

𝘓𝘖𝘝𝘌 𝘓𝘈𝘕𝘎𝘜𝘈𝘎𝘌   |   Julián Álvarez x Oc!MaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora