#. 𝟏𝟔 ⊹ ۫

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Los días empezaron a pasar y la relación de Juli y Damián empezaba a ser un poco más seria, pero aún así seguían sin ser nada oficial. Para su fortuna, ni los medios ni sus compañeros sospechaban nada de lo que pasaba puertas adentro. Eso los tranquilizaba.

Los partidos no se hicieron esperar y el enojo del marplatense muchísimo menos. Puteó en todos los idiomas a Palmer, Grealish y Foden, que no le pasaban la pelota a su querido Julián. En el último, el superclásico contra Manchester United, se peleó con Guardiola porque no había puesto a Juli ni un solo minuto y eso lo llevó a ver el partido desde el palco.

La victoria de Los Diablos Rojos solo hizo que su enojo se descargue con sus compañeros, marcando cada minúsculo error que habían cometido. Nadie nunca lo había visto tan enojado, incluso los había empezado a putear en argentino y muy pocos lo entendían.

Julián era el único que intentaba calmarlo y para sorpresa de todos lo había conseguido. Los presentes miraban con asombro la capacidad del menor para tranquilizar a su compañero.

Luego de ese pequeño-gran enojo, los días siguieron pasando hasta el 17 de enero. Cumpleaños de Enzo Fernández, al cual, es mismo cumpleañero los había invitado.

Un día antes de que sea el cumpleaños de su mejor amigo, Julián le preguntó a Pep si podía viajar, a lo que el director técnico dijo que no. Damián, por otro lado, ya que estaba desvinculado del cuerpo técnico por un tiempo debido a la pelea con Guardiola, tranquilamente podía viajar, sin tener que pedirle permiso a nadie.

Aún así estaba bastante decepcionado del DT, ya que le hubiese encantando viajar con el menor y así festejar juntos, y estuvo a punto de decir que no iba a ir pero Julián le insistió en que sí vaya y festeje por los dos. Y ahí estaba, terminando de prepararse para por fin viajar a Portugal, en plena noche.

— ¿Decís que así estoy bien? —Decía mirándose al espejo.

— Seh, estás fachero así.

El menor se levantó de la cama y bostezó en lo que salía de la pieza e iba a la suya propia. Estaba cansadísimo, esos últimos días no pudo dormir para nada bien y eso le afectaba demasiado.

El marplatense, al darse cuenta de eso, lo siguió y se acostó a su lado, con las manos en su pecho. — ¿‘tas bien?

— Sí, cansado, pero bien. —Habló el mejor completamente desganado, agarrando las manos del más alto y jugando con ellas.

— Si querés le digo a Enzo que no puedo ir, va a entender la situación Juli.

El mayor se acomodó de forma que la cara de él y del cordobés queden a la misma altura.

— No-no, está bien, vos andá tranqui, yo aprovecho para dormir a ver si puedo descansar mejor.

Después de unos segundos de meditación interna, finalmente el marplatense accedió a la insistencia del castaño y se acercó a dejarle un dulce beso en los labios.

— Sabes que cualquier cosa me llamas, ¿Si?

Julián rio tiernamente. — Dale andá que vas a llegar tarde.

Damián le robó otro beso, esta ves más corto, y finalmente se levantó, seguido del más chico también, Juli por un lado fue a la puerta de la entrada mientras que Damián buscaba su valija. Sí, tenía pensado quedarse un tiempo en Portugal, al menos una semana más pasado el cumpleaños de Enzo. Necesitaba estar con Ota aunque sea una semana.

— Bueno... Yo ya me voy. —Dejó la valija a su lado y miró al menor.

— No te mandes ninguna cagada.

𝘓𝘖𝘝𝘌 𝘓𝘈𝘕𝘎𝘜𝘈𝘎𝘌   |   Julián Álvarez x Oc!MaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora