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Eran las 5:30 de la mañana cuando Damián se despertó de golpe y algo agitado. Puso sus manos en su cara y se quedó unos segundos recalculando todo.

Una vez estaba más tranquilo, agarró su teléfono y vió la hora, en 20 minutos sonaría la alarma, así que se levantó, se fue a bañar, se preparó y hasta se puso perfume. En lo que él hacia todo eso, Julián seguía durmiendo en su cama de lo más tranquilo. Ese día día tenían partido, así que tenían que estar lo antes posible en la sede del Manchester así entrenar.

Damián se tomó el tiempo de bajar a la cocina y empezar a hacer el desayuno mientras se ponía sus auriculares y escuchaba música a todo volumen. Estuvo alrededor de una hora haciendo todo y una vez estaba listo, puso todo en una bandeja para salir en dirección a la pieza, pero al darse vuelta vió a un castaño mirándolo con una sonrisa desde la puerta.

— La re concha de tu vieja. —Insultó mientras ponía una mano en su pecho.

— Buenos días también.

El menor se acercó al contrario y le dió un beso en los labios. Ambos se sentaron a desayunar y entre medio de la comida había algunas miradas cómplices, algunas sonrisas vergonzosas y charlas mañaneras entre ellos.

Cuando terminaron de comer, que eran cerca de las 6:30 AM, se preparon para salir directo a la sede del City y en cuestión de minutos ya estaban arriba del auto.

Damián apoyó su brazo en la ventanilla y se terminó durmiendo en el camino, por más que solo hayan sido unos 20 minutos.

Al llegar, Julián lo tuvo que despertar lo más suave posible para que no se asuste y no lo termine puteando. Una vez arriba, los dos salieron del vehículo y entraron a la sede, saludaron a sus compañeros y ahí mismo se pusieron a entrenar con algunas indicaciones por parte del marplatense, quien todavía seguía cansado, pero no tanto como antes.

— ¡Muchachos, al campo, vamos! —Mencionó en inglés y todos le hicieron caso.

Los jugadores se pusieron a hacer los ejercicios de campo. Algunos miraban a Damián de vez en cuando y otros le preguntaban si necesitaba algo, sobre todo Foden.

En cierto momento, Phil y Julián se iban a acercar al mayor, pero solo el primer mencionado lo logró, ya que el cordobés se frenó a mitad de camino y volvió a entrenar, como si nada.

— Phil, ¿Pasó algo? —Preguntó el marplatense mientras abrazaba al inglés por los hombros y el contrario pasaba su brazo por la cintura del chico.

— ¿Cómo va todo con Juli?

— Ah, bien, ya es oficial. —Mencionó con una sonrisa.

— ¿En serio? —Sonrió más que feliz el británico.

No recibió una respuesta verbal, solo un gesto con la cabeza, en forma de afirmación, lo cual conllevó que el menor lo abrazara, llamando la atención de Julián. Dami, al verlo, le sonrió de forma dulce, cómo dando a entender que Foden ya sabía todo, el cordobés le devolvió la sonrisa y siguió entrenando.

Las horas pasaron y el partido estaba a punto de empezar. Cómo siempre, Julián estaba en el banco. Damián había peleado con Guardiola para que lo pusiera desde el primer tiempo sabiendo que estaba Haaland, pero no dió brazo a torcer, así que tenía que estar con él mientras miraban el partido.

Daba algunas indicaciones pero no mucho más, el grupo que había formado el técnico no le gustaba al marplatense, pero no podía decir mucho, solo tenía que esperar a ver si Julián en algún momento iba a entrar o se iba a quedar en el banco, cómo tantos otros partidos.

[ . . . ]

Entre los minutos 50 y 60, Guardiola vió óptimo meter a Julián, así que le dijo que deje de calentar ya que iba a entrar a la cancha. Ahí fue cuando Damián se levantó y empezó a darle indicaciones a su pareja de dónde tenía que ir en un principio. Pep le quedó callado viendo cómo, quizá, era cierto que Damián conocía más el juego de Julián.

𝘓𝘖𝘝𝘌 𝘓𝘈𝘕𝘎𝘜𝘈𝘎𝘌   |   Julián Álvarez x Oc!MaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora