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Los días empezaron a pasar, estos se convirtieron en semanas; las semanas en meses, y finalmente, los meses en un año. El primer año.

Fue el primer año de Damián y Juli separados después de su enamoramiento. El primer año que vivieron sin el otro físicamente presente. El primer año que pasaron cosas que, si ellos lo cuentan, nadie les creería.

A Damián le entraron a robar en su casa en España, pero gracias a la alarma privada de su propia vivienda, no lo lograron; a Julián lo metieron en un quilombo con Emilia, sacando especulaciones falsas de que estaban saliendo debido a que el marplatense estaba lejos de él. Damián se había peleado verbalmente repetidas veces con Gavi, ya que nunca le hacía caso; Julián casi termina fuera del club cuando se peleó con otro utilero. Realmente, muchas cosas.

Ambos sabían que ese camino de sus vidas era complicado, pero lo seguían transitando hasta que vean que ya no había salida posible. Solo ahí darían la vuelta y volverían al inicio. Tuvieron algunas peleas, algunas derivadas en gritos, otros en enojos, pero nunca en una mínima idea de ruptura. Se amaban demasiado como para siquiera terminar ese hermoso lazo que compartían.

Julián tenía una sorpresa para su pareja, algo que había visto hace ya algún tiempo, y por eso se hizo un viaje hasta España a dónde residía su pareja, solo que este último no sabía que iba a ver a su amado ese día, ya que tenía pensado ir a Inglaterra a visitarlo.

¿Cómo decís que va a reaccionar? —Preguntaba Enzo en medio de una llamada.

— Seguro que bien, hace un año no nos vemos personalmente.

— Cualquier cosa avisame, voy a estar entrenando.

— Oka, mandale un saludo a Félix.

Dicho eso, cortaron la llamada, y Julián ya estaba en las puertas del predio del Barça, con un cosquilleo que conocía en su pecho, Hermes se había quedado en casa de sus padres debido a que ellos querían pasar tiempo con el cachorro, aunque realmente Julián quería llevarlo a España, pero no le daban muchas opciones. Se acercó con seguridad a la entrada, viendo unos guardias que le preguntaron si estaba ahí para ver al joven Bertucelli, o al menos así se dirigían hacia Damián, a lo que dijo que sí y le dieron las indicaciones de a dónde tenía que ir para encontrarlo.

Al entrar al predio, vió lo lujoso y enorme que era, algunos dirigentes que pasaban, lo saludaban y pedían fotos, y a cambio Julián seguía pidiendo instrucciones hasta quedar adelante de la puerta que lo separaba de la cancha que usaban para entrenar. Sus manos temblaban ligeramente y en sus labios era imposible ocultar una sonrisa al imaginarse la reacción que tendría su pareja al verlo.

Soltó un suspiro para relajarse y abrió las puertas, entrando directo y siendo detectado por algunos del cuerpo técnico, a quienes le pidió que por favor no hagan mucho ruido ya que quería darle una sorpresa a su novio. Este último estaba de espaldas a la entrada, ayudando a un grupo específico a hacer los ejercicios de entrenamiento.

— Pedri. —Llamó el marplatense.

— ¿Sí?

— ¿Podés decirle a Gavi que después del entrenamiento quiero hablar con él? Por favor.

— ¿Ahora soy tu mensajero?

— Dale tarado. —Damián golpeó ligeramente el hombro del menor y ambos rieron.— ¡Chicos, los grupos que estaban practicando penales cambian por los que están en los conos!

Julián internamente estaba muriendo al ver cómo su pareja imponía respeto y como todos le sonreían cuando les hablaba. Con cautela, se acercó y se puso a su lado.

𝘓𝘖𝘝𝘌 𝘓𝘈𝘕𝘎𝘜𝘈𝘎𝘌   |   Julián Álvarez x Oc!MaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora