Aaron
Había visto a Maxwell al cuidado de las gemelas el suficiente tiempo como para acostumbrarme a la vista o al menos eso creí hasta este momento.
Era complicado en mi mente ver a Lucius así cuando había sido criado básicamente solo para ser un arma. Había llegado un momento en el que pensé que no habría retorno ni redención de ningún tipo para él.
Maxell, Braxton y yo lo habíamos convertido en un asesino con la habilidad de tomar decisiones para llevar el control de una raza tan fría como los vampiros donde la fuerza lo era todo.
Otra parte de mi se sentía avergonzado por haber tratado así a la única figura paterna que había tenido en mi infancia. Él no me había hecho ni la mitad del daño que yo había provocado en él. Aunque Lucius nunca se había quejado de la manera en que fue educado, era evidente que no quería eso para su único hijo varón.
Malek miraba los movimientos que su padre explicaba con expresión seria y luego trataba de repetirlos. Maxwell lo corregía al tomar una mala posición y le indicaba que comenzara de nuevo, era firme pero no violento y el pequeño pelirrojo se lo tomaba en serio.
Kaamisha estaba acostada boca abajo en el suelo, concentrada en que la flor siguiera creciendo frente a ella.
Ambos gemelos estaban creciendo como niños normales, lejos del peligro de lo que representaba ser un Arscorth y como si eso solo se confirmara su primer apellido ni siquiera era ese.
Schevert Arscorth... Hada y vampiro. Dos mestizos creciendo en completa paz. Era la receta perfecta para que los mataran.
Maxwell se acercó después de que Malek entendiera y siguiera practicando la lección enseñada.
- Eres demasiado blando.- Murmuré estirando mis piernas en el césped, mis palmas sintiendo la naturaleza húmeda entre mis dedos.- No puedes ser un buen padre y formarlo cómo un guerrero al mismo tiempo.
Maxwell se sentó a mi lado y observó a su hijo con seriedad antes de responder.
- Es todavía muy joven.- Contestó.- Todo a su tiempo.
Sacudí la cabeza.
- Lo van a matar a él y a su hermana si no sabe protegerse y a ella.- Tomé mi propia arma y la puse en el suelo a mi lado.
- Mmm... Yo te enseñé a pelear y sobrevivir usando el mismo método. ¿No estás vivo acaso? - Preguntó con una sonrisa sardónica al final.
Bufé.
- Si, pero mientras eras paciente conmigo, el resto a mi alrededor no. Lidiar con Amira y sus hijos fue duro pero me hicieron ver lo difícil que era el mundo para un bastardo como yo y los nobles me hirieron lo suficiente para volverme despiadado.- Lo miré.- Malek va a crecer con el privilegio y sólo el amor de sus padres, inevitablemente lo van a convertir en un niño que no va a saber defenderse ni saber resolver sus propias dificultades.... Un mimado.
Maxwell dobló sus piernas sosteniendo su lanza entre las manos. La giró varias veces antes de abrir sus labios.
- Respeto sobre miedo.- Dijo con tono frío.- No me sirve de nada el odio de Malek si puedo conseguir el mismo resultado con su respeto.- Ambos miramos a Malek caerse, pero ninguno se movió mientras él se levantaba y empezaba de nuevo.- Mi hijo es decisivo, terco y le gusta terminar lo que empieza. Tiene la necesidad de controlarlo todo tan arraigado en él que forzarlo a obedecer es contraproducente. Llegará el momento en el que tenga que ser severo pero él va a entender el porqué y lo va a aceptar.
Malek sí tenía un gran problema con las reglas y lo correcto, además de su cuestión con los múltiplos de tres. Incluso ahora, sus repeticiones eran en base a ese número.
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Nuestro legado
RomanceArista En mi vida solo había una verdad absoluta: Sus ojos eran mi mundo. Arista pensaba que Max y ella serían mejores amigos hasta el final, ella lo daría todo por él y él por ella, pero sus vidas tomaron caminos diferentes hasta que llegó el día d...