Alyandra
Pensé que encontraría a Malek en su estudio, como siempre trabajando, pero no estaba ahí.
Así que tomé mi nueva adquisición en la subasta y me di el tiempo de guardarla en nuestra habitación antes de buscarlo. Me fui del mayor al menor, pero no estaba en la habitación de Félix ni en la de Lucian, así que entré a la de Iraide para detenerme en la puerta con una sonrisa.
Nuestra hija de dos años estaba acurrucada en el pecho de Malek durmiendo con un brazo encima de su cuello tomando en su pequeño puño su cabello, si solo se movía un poco lo jalaría y el gran pelirrojo estaba ignorante del peligro de quedarse sin ese mechón con una mano sobre la cabeza de ella, protegiéndola incluso dormido, su otra mano sostenía un conejo rosa de peluche. ¿De nuevo lo había engañado para jugar con ella?
Ni siquiera Malek podía en contra de sus hijas. Nyria le había hecho lo mismo en su momento, acaparando su atención siempre que podía.
Me acerqué y liberé el cabello de Malek de la mano de Iraide, entonces me detuve al verlo abrir sus ojos. Parpadeó confuso algunas veces antes de enfocarme. Movió a la pequeña antes de incorporarse y hablar.
- ¿Dónde está Félix? - Preguntó frunciendo el ceño hacia su reloj.
- Ah, lo mandé por unas cosas.- Mentí. Lucian estaba muy entretenido hablando con las hormigas, pero a Félix no podía sentirlo en casa. La adolescencia le estaba volviendo un poco... Rebelde y provocaba la paciencia de su padre a cada segundo, la cuestión era que Malek no era paciente y tampoco permitía que algo saltara de su control.
Malek sonrió con amabilidad y tomó mi mano.
- No me mientas.- Dijo peligrosamente. Me estremecí. Ahora, me acababa de ganar yo misma un castigo, él no lo había dicho, pero yo lo sabía.
Suspiré resignada y cambié el tema hacía algo que siempre lo ablandaba.
- Ah, ví a Arista hoy.- Ladeé la cabeza.- Y Aryan Markovic compró a una demonio, ¿Tienes idea de lo que se tiene entre manos?
- ¿Mi madre? ¿En una subasta? - Malek hizo memoria.- Cuando tenía cuatro años fue a visitar a su hermano, pero después mi padre se enteró de que fue a ayudarlo a desmantelar a una familia de poder que hacía tratos con el submundo.- El pelirrojo se detuvo y entornó sus ojos en mi dirección.- ¿Y qué hacías en una subasta del bajo mundo de las hadas? ¿No dijiste que pensabas visitar a tu padre?
Ah... Me di cuenta de que había cavado mi tumba dos veces.
Me mordí el labio.
- ¿Perdón?
- ¿Es una pregunta? - Malek cuestionó.
- ¿No? ¡No! - Retrocedí.- Siento haberte mentido, pero fue por una buena causa.
- ¿Y el fin justifica los medios? - Él dijo sonriendo ligeramente.- ¿Justifica que me mintieras y te hayas puesto en peligro cuando te dije que no lo hicieras?
Estaba muy molesto, solo esperaba que el universo estuviera a mi favor y no pasara nada que empeorara las cosas, pero yo no tenía esa suerte.
- ¡Papá! - Lucian de siete entró llorando con hormigas inmóviles en sus manos y le enseñó los pequeños cadáveres a Malek.- Félix las mató, están muertas, ya no las escucho, quiero escucharlas de nuevo, revivelas, papá, papá, papá...
- Es un maldito llorón.- Félix de quince entró y tomó a su hermano del cabello jalándolo hacia atrás.- Solo son hormigas, estúpido.
Como si no fuera eso suficiente Cedrick apareció en la puerta y a pesar de que sacudí la cabeza para que no hablara lo hizo.
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Nuestro legado
RomanceArista En mi vida solo había una verdad absoluta: Sus ojos eran mi mundo. Arista pensaba que Max y ella serían mejores amigos hasta el final, ella lo daría todo por él y él por ella, pero sus vidas tomaron caminos diferentes hasta que llegó el día d...