Arista
Si tuviera que describir como era mi primer juicio por una acusación que no me había enfrentado en toda mi segunda vida como el asesinato en masa, usaría la palabra "diferente".
La sala era amplia, no en exceso pero era muy obvio que le pertenecía a Malek porque todo estaba agrupado en múltiplos de tres, desde los asientos en dónde estábamos Carel, Aryan y yo en el centro hasta los de los espectadores. Los cuadros sobre justicia en diferentes épocas era algo que me habría gustado apreciar si no estuviera siendo juzgada. Malek, Kaamisha, Cedrick y Maxell estaban enfrente escuchando y deliberando la situación, a la derecha estaban los cazadores que nos acusaban y tenían la palabra.
- ... El demonio secuestró humanos, los obligó a permanecer en sueño de frío hasta que sus familiares los olvidaran y luego experimentó con ellos.- El humano de cabello caoba que se había presentado como Loren levantó la voz para enfatizar lo de la experimentación.- Murió nuestra raza en sus manos, se violaron nuestros derechos y acuerdos, exigimos el mismo pago: sus vidas por las de aquellos humanos que murieron. - El humano presentó al juez las actas de defunción realizadas por Carel.- Muerte cerebral, rechazo de muestra y falla multiorgánica.- Señaló las palabras.- ¿Eso es lo que los humanos somos para los inmortales? ¿Una muestra?
Cedrick frunció el ceño pero pude ver a Kaamisha moviendo su cuerpo solo ligeramente y luego el brujo la miró de mala manera, seguramente le había dado una patada debajo de la mesa para que no se metiera.
Malek en realidad no era él, sino Élet, él mismo decidió alejarse de la situación por su implicación con cada uno de nosotros, así que su primera versión que era realmente imparcial nos miraba sin expresión alguna y Maxell a su lado solo parecía considerarlo todo.
Siendo Élet, en realidad yo sabía que la decisión que fuera no sería por sentimentalismo, podía ordenar nuestra ejecución sin problemas y aún así no tenía miedo, en cambio estaba fascinada por su cabello largo arreglado de manera impecable y su apariencia imperturbable. No había nada que le hiciera pertenecer a nuestro mundo, no todavía, pero lo más extraño era que me parecía muy familiar, tanto que incluso podría decir que tenía cierto parecido con Malek, incluso cuando lo había visto de pie la estatura había sido muy similar, pero me convencí a mi misma de que eran imaginaciones sin sentido antes de continuar con la atención en la situación actual.
Élet era más como una deidad.
Lo único que lo hacía ver más como nosotros eran las miradas curiosas que compartía con Kaamisha, está le sonreía constantemente y lo tocaba como hacía con su yo actual, la familiaridad hacía que Élet la mirara como si él fuera una serpiente en cautiverio y tuviera a una niña latosa golpeando su cristal constantemente. No debería parecerme divertido bajo mis circunstancias pero confiaba en que al menos los crímenes no debían de justificar nuestra muerte.
Élet hizo una señal al cazador para que guardara silencio y luego observó a Carel dándole la oportunidad de hablar y el brujo comenzó poniéndose de pie y sacando varios documentos que se permitió presentar frente al inmortal.
- Estos son cada uno de los consentimientos de los humanos en las defunciones presentadas y los reportes de estado de salud anterior al procedimiento.- Se giró a los cazadores.- Cuando decidí tomar los casos, esos humanos ya llevaban crionizados varias décadas y estaban contaminados con diferentes grados de sangre demoníaca, se les despertó según prioridad y se les explicó su situación, se les dió la oportunidad de elegir y ellos decidieron intentar vivir aunque tuvieran que cambiar su raza por completo. No obligué a ningún humano a someterse a ellos y aquí.- Tomó un control y se giró hacia la pantalla que estaba detrás de nosotros, él comenzó a proyectarse a sí mismo.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro legado
RomanceArista En mi vida solo había una verdad absoluta: Sus ojos eran mi mundo. Arista pensaba que Max y ella serían mejores amigos hasta el final, ella lo daría todo por él y él por ella, pero sus vidas tomaron caminos diferentes hasta que llegó el día d...