Anneliesse Targaryen, hija bastarda de Daemon Targaryen se encuentra encerrada en Pozo Dragón en custodia del tenebroso dragón Vermithor. Su padre hizo todo lo posible para que su hija no tuviera contacto con el mundo exterior hasta que Rhaenyra tuv...
La princesa Anneliesse se encontraba en la prueba de vestuario, luciendo un hermoso vestido celeste que poseía un revelador escote. De él caían telas largas dejando un espacio descubierto en sus piernas.
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El resto de las damas, un total de 3 se encontraban probando también el mismo vestido. Todas irían de la misma manera para evitar que la princesa fuera descubierta fácilmente.
Las horas pasaron y el momento se acercaba. Las mujeres ya se encontraban vestidas acomodando los últimos detalles.
El pelo de la princesa se encontraba completamente recogido, tapado por una tela que era fijada con la máscara.
Antes de cubrir todo su rostro, Anneliesse respiró profundamente varias veces, tratando de controlar tanto sus nervios como la ansiedad.
Mysaria observó esa reacción y se acercó a ella para tomar sus manos.
- Todo estará bien, pequeña.
- ¿Y no sale bien?, ¿Y si soy descubierta?
- Si eso llegase a pasar, no creo que nada malo suceda. Eres- la tomó de los hombros- se supone, la hija del rey. Nadie de ahí te hará daño.
- Eso espero, porque...- suspiró mirando hacia arriba.
- Ya lo hemos hablado, Anneliesse...
- Sí, sí. Entiendo.
- Si no llegara a salir bien, sólo anúnciate y el resto no tendrá más remedio que presentarte al rey, pero no - remarcó la palabra- debes accionar con violencia.
- Está bien.
- Perfecto.
La princesa miró por última vez su rostro en el espejo y se colocó la máscara.
- ¿Todas recuerdan lo que hemos ensayado?- preguntó y las demás asintieron- Muy bien.
Mysaria se volvió a acercar a la princesa y le besó la frente.
- Mucha suerte, mi niña. Cualquier cosa, sabes dónde encontrarme o sino, corre hasta la costa nuevamente.
- Sí, Mysaria.
Y así comenzaron a emprender viaje hasta el castillo.
En la mente de Anneliesse, pensamientos de diferentes índoles corrían sin cesar. El primero, era la preocupación de cómo reaccionaría su supuesto padre a su llegada. Aunque todos decían que era una persona bastante amable y buena, con el paso de los años, esperaba que eso no haya cambiado. Después de todo, por culpa de ella, su matrimonio se vio afectado, haciendo que su esposa tuviera un enorme odio por la princesa. Segundo; estaba preocupada de que el plan no saliera como esperaba y tercero, pero no menos importante, estaba nerviosa al saber que estaría muy cerca de aquel hombre que de niño le había prometido grandes cosas para luego desaparecer.
