Capítulo 35

1.1K 91 11
                                    

Los presentes felicitaron a la pareja uno por uno.

- Muy bien, infeliz- dijo el hermano mayor al menor mientras lo tomaba del cuello y lo despeinaba teniéndolo debajo del brazo- por fin un poco de rebeldía en tu vida.

- Y te lo debo a ti, hermano.

- Ya son incontables las cosas que me debes- dijo soltándolo- la próxima haré una lista y lo pondré por toda tu maldita habitación.

Del otro lado, Helaena, Mysaria y Nerea, felicitaban a la princesa.

- Estoy muy feliz por ti, mi niña- dijo abrazándola.

- Gracias, Mys. Gracias a todas ustedes por ayudarnos hoy.

- No es nada, princesa. Estamos siempre a su disposición- dijo Nerea haciendo una leve reverencia.

- Me alegro mucho por ti también, princesa. Sé que has sido muy especial para mi hermano en todo este tiempo. Nunca lo vi tan feliz como esos días en donde entraba a mi cuarto para robarme mis muñecas, mis libros y mis pinturas- rió.

La princesa Anneliesse tapó sus labios y sus mejillas enrojecieron.

¿Todas las cosas que había traído en ese tiempo, eran de su hermana?

- ¿En serio hizo eso? Helaena, yo...

- No te preocupes, yo le permití hacerlo.

- Pero aún así no debió. Me siento tan avergonzada. Él es un...- dijo mirando a su amado mientras reía y jugaba con su hermano- él es...

La princesa no continuó porque quedó maravillada con la risa de su amado. Esa sonrisa, esa forma de desviar la mirada cada vez que lo hacía, la hipnotizó por completo.

Mira las cosas que había hecho que ella no sabía. Esa y otras tantas cosas que se dignó a hacer para complacer a su princesa.

Aemond dirigió su mirada hacia el grupo de mujeres que se encontraba a su izquierda, posando toda su atención en aquella doncella que lo miraba suspirando.

- Ya todos sabemos la respuesta, Anne. No intentes engañarnos- mencionó Mysaria con una sonrisa.

Anneliesse bajó la mirada avergonzada y el resto de las damas rieron.

- ¿Qué piensas hacer ahora, mi niña?- preguntó Mysaria.

- ¿Con respecto a qué?

- ¿Te seguirás quedando en el castillo o volverás a Driftmark?- la tomó de las manos- podemos hacerlo ahora si quieres. Si ya has hablado con el rey, sólo queda esperar a que realice la ceremonia de presentación.

- No había pensado en ello, ¿No sería arriesgado que me vaya sin avisar?, ellos ya saben que estoy aquí.

- Tienes razón- dijo pensativa- Si tienes deseos de volver, enciende varias velas sobre la ventana y así sabré que quieres irte. Prepararé todo y sólo tendrás que ir hasta la costa.

- Está bien.

- Sólo sigue los vientos fríos y los aullidos de lobos entre los arboles...- susurró Helaena.

- Disculpen. Lamento molestarlas pero necesito hablar con mi esposa- dijo el príncipe con una con una sonrisa.

- Un lobo estará esperándote...

- Con mucho gusto, mi príncipe- dijeron las damas.

Aemond tomó la mano de la princesa y la llevó a un extremo para que pudieran hablar.

- Ya nos tendremos que ir. Aegon fue a preparar el bote.

- ¿Ya?

- Sí. No podemos quedarnos por más tiempo.

La Princesa de Pozo Dragón- Temporada 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora