TRIPLE 000 (SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA AES)

16. Chico papitas

La madre de Alaia y Daimon, necesitaba regresar a la casa por ropa para los chicos y el señor Darius, así que aproveché para acompañarla a casa. Él recogió lo que necesitaba y yo le pedí que me dejara en casa porque quería descansar, pero realmente eso era una mentira.

Con solo mirar la espalda en el espejo del cuarto, entendía que no podía seguir ignorando mis poderes, aunque me dé miedo usarlos de nuevo, son lo único que tengo para protegerme y si no aprendo a usarlos, seguiré siendo inservible, un blanco fácil. Busqué en la habitación el libro de runas y mi bolígrafo.

Había demasiado que aprender, comencé a leer y practicar las runas en un cuaderno que conseguí en la cocina, tenía runa para muchas cosas, hechizos de amor, de invisibilidad, de belleza, inmortalidad y mucho más. Pero acababa de aprender algo muy importante que antes Samael había mencionado, existen runas muy poderosas que pueden lastimarme a mí mismo, por ello debo protegerme o dar ofrendas al cosmo por su obsequio mágico.

¿Y saben cuáles son esas ofrendas? Objetos importantes, con valores sentimentales... Eso es demasiado cursi la verdad.

- Runa de reencuentro... Esto si me interesa- estaba pasando las hojas cuando me encontré con un símbolo muy llamativo- Es una runa que te permite verte con alguien de cualquier dimensión o espacio temporal- sonreí de inmediato a pensar a mi primo, pero mi estado de ánimo cambió rápidamente al leer lo que proseguía.

"Solo te conectará con personas vinculadas a la vida terrenal"

- Aún quedan dos personas más- susurré para mí mismo.

Los hijos de Brandon, se supone que serán cuidados por Mike en su nueva dimensión y los amigos de mi primo me ayudarán a llevarlos con él, pero... Estoy inseguro ¿Realmente él es una persona confiable? No quiero que Briana y Dylan estén en malas manos. Brandon no me perdonaría eso.

- Es una runa poderosa, necesito darle al universo algo- miré a mi alrededor y no encontré nada con la mirada lo suficientemente importante.

¿Traje algo conmigo que tenga un valor sentimental? Me senté en la cama tratando de pensar y ahí me di cuenta del anillo en mi mano, Owen me lo dio cuando cumplí 16 años.

Mi familia tiene una extraña tradición de heredar anillos y collares costosos en los cumpleaños a los más jóvenes, como reliquias, no obstante mis padres se negaron a darme algo cuando cumplí 16 años porque decidí hacerme las perforaciones de las orejas. Estaban tan enojados, que ni siquiera celebraron mi cumpleaños con una fiesta, me obligaron a estar encerrado en mi habitación.

Pensé que sería el peor cumpleaños, pero Owen lo cambió todo al aparecer en mi habitación y traerme un pudin para mí solo, me cantó y me dio tres regalos. Pintura, pinceles nuevos y lo mejor de todo me obsequio el anillo del abuelo que le dieron cuando cumplió 18 años.

Para ese entonces había dejado de ser cariñoso conmigo y de tratarme como cuando era un niño, pero había momentos como ese... Que hacían que mi corazón se revolucionara y me durmiera con una sonrisa en mis labios. A eso me refiero cuando se encargó de mantener mi amor por el vivo, siendo frío y cruel al mismo tiempo.

- En otra ocasión no entregaría algo que me diste, algo especial, pero ya no quiero seguir aferrándome a esos recuerdos- me quité el anillo del dedo y lo apreté en la mano en la que me haría la runa.

Comencé a tatuar esta en mi mano aun cuando doliera y cuando termine abrí mi puño y ya el anillo no estaba. En ese instante mis ojos se cerraron por sí solo y mi cuerpo perdió fuerzas.

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Abrí los ojos y me senté tratando de ubicarme espacialmente. Estaba en un baño, se escuchaba música afuera de este y personas caminando en los alrededores ¿En dónde está Mike?