30. Llámame si quieres algo que no sea complicado.

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Daimon

Jamás pensé que podría verme encerrado, asustado, lleno de ansiedad y a punto de llorar por los pensamientos pesimistas que atravesaban mi cabeza. No quiero perderlos, no podría vivir con la idea de que ellos ya no estuvieran, son míos, son mis hijos.

No tiene la culpa de la mierda que he sido, ellos son inocentes, no merecen a un padre como yo.

Mire mis manos y saqué los guantes, habían vuelto mis manos llenas de rasguños de mis uñas, cortadas de mi navaja que solo Massimo había notado... no quería lastimarme, no debería hacerlo, pero es la única forma de calmarme. Sintiendo dolor, sintiendo que obtengo lo que merezco.

Se comenzaron a escuchar pasos y ahí me decidí a volver agarrar algo para intentar defenderme, mi corazón se aceleró y pensé que esté sería mi fin y que no serviría de nada luchar, cerré los ojos y apreté el objeto en mis manos con fuerza esperando que todo parara.

- Al fin te encontré, te estaba buscando por todas partes.

Abrí mis ojos y no dudé en levantarme para saltar sobre él, lo abracé queriendo aferrarse por completo a él, deseando estar seguro en medio de tantas inseguridades que se ahogaban en mis pensamientos.

- Vincent, Vicent...

No quiero perderlo a él de nuevo, no quiero separarme de nuevo, no quiero.

- Estás temblando.

Claro que estaba temblando, estaba muerto del miedo, me habían encerrado para protegerme, pero eso solo me aterrizó en la realidad que trato de evitar.

- Por favor, no me dejes...- lo agradece con más fuerza y este por primera vez solo se quedó en silencio sin juzgarme.

Me rodeo con sus brazos y solo suspiro.

~~~~~~

Parecía que todo ya estaba en calma allá afuera, pero ninguno de los dos se dignaba a salir, estábamos sentados en el suelo de aquel lugar tan pequeño, yo lo abrazaba y este solo acariciaba mi espalda tratando de transmitirme tranquilidad.

- Perdón.

- ¿Por qué te disculpas? - me alejé de sus brazos para mirarlo a los ojos.

Aquellos ojos azules que solían esconder en unas horribles gafas.

- Dure mucho tiempo imaginando que te destruía como tú lo hiciste conmigo- suspiro y miro mis manos- Deseaba que sintieras lo que yo, pero al final mi plan nunca fue volver a involucrarme contigo, quería dejar esto atrás y seguir con mi vida, con mi familia, pero... los bebés, ellos cambian todo- admitió.

- ¿Por qué te disculpas?

Me atreví a volver a preguntar con miedo de la respuesta.

-No debí tocarte como lo hice- aseguró con firmeza- Quería jugar contigo, con tus sentimientos, para que sufrieras, para que ese lobo y tú sufrieran, pero yo no soy esto- confesó.

No eres esto, eres mejor que yo.

- No tienes porqué disculparte, me merezco que juegues conmigo.

Si no me hubieses conocido, tu vida sería mejor.

- No, nadie merece eso- miro mi barriga y luego me miró a mí- Daimon, cuando me enteré lo que pasaba, el primer lugar al que corrí fue este, quería asegurarme que estuvieras bien, que ustedes estuvieran bien- quiso tocar mi barriga, pero alejó la mano.

- Si me odias ¿Por qué te preocupas por mí? ¿Esto es solo porque tengo a tus hijos? Respóndeme.

- ¿Quieres en verdad esa respuesta?

TRIPLE 000 (SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora