TRIPLE 000 (SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA AES)

32. Te importa él solo él, yo nunca te importe.

Narrador omnisciente.

Ahí estaba, Sabina, dispuesta a disfrutar de su plan, preparó una habitación en la orden de vampiros para torturar a aquel lobo blanco que se encontraba inconsciente, inocente de lo que aquella mujer quería hacerle.

- Si no te puedo matar, me encargaré que toda tu vida esté llena del sufrimiento que te mereces- susurro está en el oído del lobo antes de hacerle seña al grupo de vampiros sucios que había contratado para que se acercaran.

Sabina había gastado todos sus ahorros en una droga que pudiese inmovilizar a Massimo, ya que este era imposible de derrotar. Pero su crueldad no se limitó, manipulo a Vincent para que atacara a Massimo y de igual manera se aseguró de que Samael lo considerara una amenaza, para luego pagarle a vampiros sucios para que en grupo se alimentarán del cuerpo del lobo hasta el cansancio.

- Disfruten de su sangre y también...- su tono cambió a uno sugerente- Su cuerpo, lo pueden usar a su antojo, no se contengan chicos- ánimo con maldad.

Ella tenía claro qué clase de vampiros tenía delante de ella, no era solo delincuentes y por ello, los eligió.

- ¿Seguro que podemos hacer todo lo que queramos? - uno de los vampiros sucios habló con gran excitación mientras miraba el cuerpo del gran alfa.

- Pónganse creativos- sonrió a medio lado al imaginar varias ideas en su cabeza de lo que aquellos tipos le harían al lobo.

Con estas palabras, los lobos comenzaron a arrancar la ropa del cuerpo del lobo y dejaron a la vista sus colmillos junto con sus ojos dorados.

Aquella escena era lo que Sabina había esperado por mucho tiempo, se apoyó en la pared esperando la mayor crueldad y dolor, sonrió y se rio al ver el cuerpo tan indefenso del Alfa.

- Cuando despiertes vivirán en carne propia lo que le hiciste a Dafne- exclamó con emoción.

Lo que ella no sabía, era que estaba siendo observada por alguien, alguien que no iba a permitir que a su hijo lo lastimaran más. Por esta razón, sin dificultad alguna usó sus poderes de aniquilación para que los cuerpos de aquellos vampiros sucios que se había atrevido a tocar a Massimo explotaran llenando toda la habitación de órganos y sangre.

- ¿Quién te crees? - Bonie habló cuando tuvo la mirada asustada de Sabina.

Ella reconocía muy bien a quien tenía enfrente, todos sabían muy bien quien era Bonie, la última bruja original, la bruja que es intocable. La madre de Massimo, Gavin y Bradly.

- Yo...- Bonie no la dejó terminar de hablar, la lanzó por el aire con un solo movimiento de sus manos.

Su cuerpo golpeó con gran violencia la pared, sus huesos se rompieron y se curaron al mismo tiempo de la manera más cruel para un vampiro.

- La única que puede lastimar a mis hijos soy yo- Bonie con su magia elevo el cuerpo de nuevo de Sabina en el aire y extendió sus manos, asegurando de separar cada órgano, sangre, nervio y piel lentamente para que la habitación se llenara con los gritos de la chica- Nunca debiste considerar que podías contra mis hijos, contra mí, maldita seas... - fragmento, dividió y separó todo de ella como si se tratase de un dibujo en el suelo de la composición del cuerpo humano.

- Por mis hermanos, por mis padres y por mi comunidad, te podrirás en el infierno con tu gente- aquellas palabras serían el final de una maldición, una maldición que ataría de por vida a Sabina y a su familia al sufrimiento terrenal y espiritual. El pago por meterse con la familia equivocada.

Y con Sabina muerta, Alaia acababa de ser liberada de su control.

~~~~~~~~

Daimon.