47. Final

613 104 62
                                    

Daimon

Cuando desperté ya estaba en la casa, me dolía un poco la herida que tenía en mi abdomen, pero gracias a la sangre de Samael que me estuvieron suministrando, estoy mucho mejor de lo que estaría una persona normal después de dar a luz a tres bebés. Escuche en medio de mi cansancio, que tendré que esperar tres semanas para que mis heridas sanen tanto por dentro como por fuera, solo por preocupación.

Sonreí al ver a los bebés en sus cunas portátiles al lado de su papá, el cual parecía pendiente a ellos, de cómo respiraban, se estaban acomodados correctamente y demás cosas. Su preocupación me hacía sentir más enamorado de él, es el papá de mis hijos, ahí están mis hijos con su padre.

- ¿Cómo te sientes? - preguntó Vincent al darse cuenta de que había despertado.

Con cuidado me acomodé en la cama, dolía moverme, aunque todavía no se me pasara la anestesia y sintiera partes de mis dormidas.

- Como si me hubiese pasado un tren en la mitad del cuerpo... se siente vacío- aun mi barriga estaba hinchada, como si los bebés siguieran ahí, pero solo bastaba en presionar un poco para notar que no había nada - ¿Están bien? - pregunte con temor, aún tenía miedo de que los bebés tuvieran algún problema por mi culpa, por drogarme estando ellos en mi barriga.

Vincent miró a los bebés y asintió ante mi respuesta antes de colocarse de pie para darme un beso en mi mejilla.

- Gracias a ti, están bien.

- ¿Puedes traerlos a la cama? Los quiero tener cerca, no puedo creer que ya están aquí- admitió emocionado.

Aunque mi embarazo no duró 9 meses, los cuatro meses que espere se sintieron una eternidad, quería conocerlos, verlos y asegurarme que estaban bien. Que hice algo bueno por primera vez.

Vincent con cuidado fue dejando a los bebés en mi cama y como si estos supieran que soy su papá se querían mover para estar más cerca de mí, me acomode con cuidado y al ver a los tres juntos mis ojos se cristalizaron. Son hermosos, realmente hermosos.

Me encantaría que Alaia estuviera aquí, que se derritiera de ternura al ver a mis hijos, quisiera que se llenara de orgullo por ser su tía, por ser parte de mi familia.

- ¿Por qué tu pecho está mojado? - cuestiono de repente Vincent.

Baje mi mirada y efectivamente de mi pecho estaba saliendo algo... ¿Leche?

- El doctor dijo eso podría pasar, podría amamantarlos o podría darle fórmula ¿Cuál quieres? - yo no tengo experiencia en esto, Alaia y yo tomamos fórmula desde pequeños, no tengo idea de cómo sería otro proceso diferente a ese.

- ¿Con cuál de las opciones te sientes cómodo?

Quisiera que mis hijos vivieran lo que yo no pude porque me arrebataron de mi familia.

- Quiero intentarlo, no sé cómo se hace, pero quiero hacerlo- me quité la camisa con cuidado.

Vincent colocó una almohada en mi regazo para posteriormente ayudarme a cargar a uno de los bebés, aún tenían las cintas en sus piernas que los identificaba, esté en mis brazos, era Kinn.

- Si quieres hacerlo, estaré al pendiente de estos pequeñines mientras tú le das de comer a Kinn- Vincent se acomodó en la enorme cama, para estar pendiente de Snow y Thomas.

No los había escuchado llorar, pero cuando Kinn estuvo cerca de mi pecho y yo dudaba en darle lo que él quería lloro, para calmarlo hice lo que él quería.

- ¡Auah...! - me queje al sentir como Kinn chupaba mi pecho.

- ¿Estás bien? - preguntó Vincent asustado.

TRIPLE 000 (SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora