19. ¿Quién detendrá esto si no eres tú?

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Cuando era pequeño, mi madre se negó a darme siquiera algún cariño. Owen siendo mi supuesto hermano parecía más preocupado por mí que ella, que acaba de tenerme en su barriga por 9 meses.

Un bebé no entiende de razones, pero nadie se queda en esa etapa, creces y te das cuenta de que las personas no te quieren por sus tratos.

- Mamá hoy pinte mis manos en una hoja, mira- intente mostrarle mi hoja en aquella ocasión porque la maestra me había dicho que estaba muy lindo- Escogí tus colores favoritos y....- agarró el dibujo y lo colocó debajo de su vaso de jugo que estaba goteando agua por fuera por lo congelado que estaba.

El vaso terminó mojando mi hoja hasta dañarla.

- Ni cómo portavasos sirve, tu hermano a tu edad hubiese hecho algo mejor- exclamó con decepción.

Comencé a llorar, eso era lo único que sabía hacer cuando las palabras de mi madre me hacían sentir mal.

- Ma-aamá- solloce triste tratando de quitar el vaso de mi hoja para intentar salvarla.

Me alejo y luego arrugó mi hoja y la tiró en la basura.

- Deja de lloriquear, nadie te ha pegado- exclamó fastidiada como siempre de mí.

En ese momento recuerdo que corrí a la habitación de mi hermano, este cuando me vio entrar a su cuarto de tal manera no dudo en abrazarme y tratar de calmarme.

Mi madre me destruía con su desprecio y sus palabras ¿Y mi padre? Él era mucho peor, aunque no pasará mucho tiempo en la casa, él tiempo que estaba en la casa me hacía sentir un miedo terrible.

- ¿Otra vez llorando? ¿Acaso eres una niña? - Aquel día me encontró llorando porque no encontraba uno de mis juguetes.

Y cuando me sentía impotente, solo podía llorar y eso solo enojaba más a mis padres. Se estresaban y me trataban mal porque no tenía ni un poco de paciencia.

- Papá... no-oo en-ncuentro mi juguete- trate de decir en medio de sollozos.

No entendía sus insultos, solo me asustaba a un más que subiera la voz y me miraba con enojo.

- ¿Acaso tuve una hija en vez de un hijo? ¿Eres una niña llorona? ¡Vamos, dímelo! - me agarró del brazo con fuerza obligándome a levantarme del suelo.

Era muy pequeño y estaba asustado, me estaba lastimado y solo podía llorar más.

- Pa-aapá...- lloré más fuerte y esto lo hizo perder la cordura.

Me tiró al suelo sin importar el golpe que impactó mi cuerpo, se quitó el cinturón y comenzó a pegarme con este por todo el cuerpo.

- ¡Grita como hombre! ¡Llora con razón! - me animo continuando los golpes.

Mi padre solo paró cuando vio que mi cuerpo por completo estaba cubierto de marcas de su cinturón, estaba ahí en el suelo abrazándome a mí mismo llorando y suplicando que parará.

¿Y creen que se demostró algún indicio de culpa? Solo hasta que mi hermano regresó a casa y vio mi estado, supo que sería la última vez que me levantaría la mano, mi hermano peleó ese día a golpes con mi papá, mi madre no se metió "No me meto en problemas de hombres" susurro asustada.

No estaba asustada porque tenía a su hijo menor al lado todo golpeado y traumado, estaba asustada porque Owen saliera lastimado. En el fondo sospecho que ella siempre supo que él sí era su hijo y yo no. Porque a él sí lo querían.

Esa noche, nuevamente Owen fue mi héroe, golpeó tanto a mi padre que duró una semana sin ir a trabajar, desde ese momento solo utilizaba palabras para herirme, porque sabía que, si me levantaba la mano, mi hermano se la levantaría también.

TRIPLE 000 (SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora