34. Pretty when you cry

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Daimon

Abrí los ojos, no sé en qué momento había perdido la conciencia, pero la recuperé, mi cuerpo estaba en su suelo sucio y húmedo, los alrededores tenían la apariencia de un depósito de gasolina, aquel líquido era el que había mojado mi ropa, no tenía duda. Por instinto toqué mi estómago, asegurándome que los bebés estuvieran bien.

- Al fin despiertas, ya me estaba aburriendo- la voz de Dafne me hizo tensar mi cuerpo.

- Tú deberías estar...

- ¿Muerta? - termino de decir por mí mientras se acercaba- Si lo estoy, gracias a ti- agarro mi rostro y quise vomitar ante el contacto de su piel sobre mí.

Traté de respirar, de aguantar las ganas de vomitar, quise moverme para alejarme de ella y pensar en cómo escapar, pero agarró mi barbilla con fuerza.

- ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué te hice yo a ti? - cuestionó llena de enojo.

No sabía qué responder, aunque mil veces me hice la pregunta, no sabía cómo explicar mis acciones, como justificarme cuando todo estaba tan claro delante de mí.

- ¡Habla! - gritó molesta antes de soltar mi rostro.

- Tenía celos... Vincent eligió olvidarme por tu culpa- me atreví a soltar.

Sus ojos se oscurecieron e intentó patear mi estómago, pero me arrastré para evitarlo.

- ¡Vincent y yo no sentíamos esas cosas! - Gritó molesta- ¿En serio merecía toda esa mierda por eso? Cuando todo lo que tenía con él era un contrato, ¿Por qué no hablaste conmigo? - estaba tratando de contenerse, se notaba.

- No soy de hablar.

- Quería darte una oportunidad, tratar de entender por qué me hiciste lo que me hiciste, pero mi hermano tiene razón, eres una porquería y mereces que te devuelva todo- uso sus poderes para rodearme con sus raíces de flores y como si estás tuvieran vida propia me movieron de lugar.

En mi bolsillo tenía una navaja, mientras él se concentraba en moverme, yo alcance está con mis manos.

- Lo siento, perdón por lo que te hice- me atreví a decir mientras apretaba en mi mano la navaja.

Me arrepentía de haber hecho lo que hice, no porque tuviera ahora el poder de lastimarme... Realmente me arrepentía porque ahora veo las cosas desde otro ángulo, no me gustaría que mi hija, que mi hermana, que nadie de mi familia pasará por ello.

- ¿Crees que con eso arreglas mi vida? ¡Mírame, CARAJO! Estoy muerta...- se acercó a mí con los ojos color sangre- Me metieron en el cuerpo de un demonio, porque mis restos se los comieron... - su voz se cortó.

- Yo de verdad lo siento- repetí.

- Un "lo siento" no me devuelve mi vida, tienes que pagar por lo que me hiciste- señaló antes de dejar que las raíces me rodearán- Y para ello tengo varias personas que le gustaría jugar contigo... ¿Los recuerdas? - aparecieron detrás de ella los lobos que intentaron morderme, que me atacaron a mí y a Bradly con sus feromonas.

- Tú no eres como yo, deberías detener esto- con mi navaja me libere de las pocas raíces que me detenía de moverme.

Los alfas dejan salir sus feromonas y yo sonreí con superioridad porque gracias a Massimo sabía como controlar mi cuerpo para que no respondiera a ellos, al menos que yo lo quisiese.

Los lobos enfrente de mí fueron rodeados con mis feromonas y antes que se resistiera a estas, los sometí y solo me basto con aumentar la intensidad de mis feromonas en el lugar para que se arrodillaran ante mí.

TRIPLE 000 (SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA AES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora