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Los días seguían pasando y el amor que Tony tenía hacía Steve seguía creciendo. Más y más.

–¡Tony! –Charles, un viejo amigo suyo lo llamó–. Haremos una fiesta esta noche, será en casa de Richards, ¿por qué no vienen tú y tu novio?

Tony asintió emocionado.

Y al preguntarle a Steve si lo acompañaría, este dijo que si. Sin embargo, Tony notó una ligera mueca de molestia. Eso era nuevo, Steve jamás le había hecho un gesto como ese, y sin darle tanta importancia, porque tal vez eran imaginaciones suyas, se adentro al baño a cambiarse.

Su atuendo era bastante fiestero, pantalones negros ajustados y camisa blanca de cuello, con los primeros botones al aire. Tony se sentía sexy y eso lo encantaba, porque Tony amaba sentirse así, ¿que mejor instrumento de empoderamiento que la moda?

Tony se sentía dueño de la noche con su atuendo.

–Cariño, ¿no crees que ese conjunto no te queda?

En cambio, Steve parecía pensar lo contrario.

–Pero me gusta –contestó dando un vuelta–, ¿a ti no?

Steve dudó–. Solo digo que... No se, ¿por qué no usas mejor una playera y pantalones más holgados?, de seguro a mitad de la fiesta esa ropa te cansara y no quiero que volvamos temprano cariño, ya sabes, para disfrutar al máximo.

Tony frunció el ceño e iba a replicar, pero la mirada tan sincera y comprensiva que Steve le daba, hizo que se guardarse sus palabras y mejor le hiciera caso.

Al partir, Tony todo el tiempo se sintió inseguro, sentía en su pecho que algo no andaba bien, que eso no estaba bien.

–Hey... –antes de bajar del auto, Steve tomo su rostro y murmuro sobre sus labios–. Te amo Tony.

Y eso basto para que Tony ocultara sus palabras y sentimientos y asintiera enamorado.

La fiesta lo hizo sentir raro, tantos tops, pantalones ajustados y personas libres. Y Tony por primera vez en su vida sintió que no encajó en una fiesta, y el que sus amigos aún no hubieran llegado lo hacía sentir solitario.

Al final, resultó que si se marcharon temprano de la fiesta, ya que Steve se había sentido mal.

–Lo siento mucho Tony, en serio –decía Steve abrazándolo.

Y algo en Tony le volvía a decir que algo no estaba bien.

Pero...

–No importa, estaremos juntos esta noche, y con ese me basta, con que estemos juntos.

Te Amo TonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora