Yoongi ha sido el esposo trofeo de Taehyung por casi cuatro años, nunca se había quejado hasta que comenzó a hartarse de la monotonía en la cama.
Pero gracias a su mejor amigo es que conoce a JungKook, un caliente universitario que ofrece servicios...
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Yoongi abrió los ojos con el nuevo amanecer, estaba mentalmente cansado.
Se quedó un momento entre los calientes cobertores que le rodeaban, decidiendo si realmente quería levantarse, estaba demasiado cómodo como para dejar toda esa comodidad atrás.
Sin embargo, sabía que debía hacerlo. Tenía algo importante ese día ya que debía ir a ver a su esposo.
Estaba completamente asustado, no sabía lo que Taehyung quería hablar, en primera no creyó que Taehyung quisiera hablar, creía que lo ignoraría por días, quizás incluso semanas sabiendo de sobra lo orgulloso que era.
Pero después de aquel mensaje la tarde anterior había estado algo intranquilo. Y ¿cómo no estarlo?
Suspiró pasando la mano por sus desordenados cabellos y pronto se levantó de la cama yendo hacia el baño de invitados. Sabía que podía usar el principal pero no se sentía demasiado cómodo con ello.
Era la privacidad de sus amigos.
Y sí, eran muy amigos, quizás demasiado... pero aún así el meterse a su hogar como si fuera el dueño y vivir ahí era extraño.
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La noche anterior había llegado al departamento de Jimin y Namjoon. Inclusive aún con la insistencia de Jin y JK de quedarse la noche ahí, ya que no estaba siendo un huésped molesto.
Pero él no se sentía muy cómodo, ya que le estaba quitando el lugar al hermano de JungKook, o al mismo JungKook ya que por lo que había averiguado, cuando Jin iba de visita se quedaba con la cama y mandaba a su hermano menor al sofá de la sala.
Por lo que sabía había una habitación extra en el departamento, que usualmente era el cuarto de huéspedes; pero JungKook lo había habilitado para ser un pequeño estudio fotográfico, y era en donde usualmente se la pasaba editando sus videos. Así que eso sólo dejaba disponible el sofá, que de hecho era bastante cómodo y grande.
Estaba completamente agradecido con la hospitalidad de aquel muchacho y de su hermano mayor, que siempre habían estado ahí, tratándolo inclusive como un miembro de la familia. Jamás haciéndolo de lado e incluso riéndose de sus pequeños chistes espontáneos.
