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Nunca había hablado sobre hijos con Taehyung.

Sabía que su esposo quería tenerlos, se lo había dicho desde que ambos estaban en la universidad y comenzaron a hablar de un futuro juntos.

Pero Taehyung solía decir que le ilusionaba el tenerlos, algún día, y él pensaba lo mismo, al menos estaban de acuerdo en eso.

Para Yoongi la idea de tener hijos nunca había sido una prioridad si era lo suficientemente honesto, es decir, sabía que en algún momento los tendría porque así era como su vida estaba planeada.

Ir a la universidad, estudiar una carrera si así lo quería, eso no era tan importante porque de cualquier modo sería el esposo de algún hombre poderoso, tendría una linda casa, en algún momento quizás dos o tres hijos y básicamente sería el esposo y el padre perfecto.

Y cuando encontró a Taehyung y ambos se enamoraron supo que quizás ese plan de vida que su madre siempre le había dejado claro no sonaba tan mal, no si se trataba de cumplirlo con el hombre del cual estaba tan perdidamente enamorado.

Taehyung era perfecto, y amaba el hecho de poder caminar de su mano sabiendo que ambos se podían jurar amor eterno.
Así que su noviazgo nunca fue difícil, y tampoco el aceptar su pedida de mano cuando llegó el momento.

Su ahora esposo estaba haciendo las cosas demasiado bien con la compañía de su padre y ahora también con la del padre de Yoongi.
Era un prodigio, y básicamente tenían la vida resuelta, el dinero era abundante y a pesar de que siempre tuvo una vida casi demasiado lujosa pudo notar un aumento en su estatus y en sus posibilidades de conseguir cosas.

El primer año de matrimonio fue maravilloso, a penas pasaba la mitad de los veinte y se sentía más vivo que nunca.

Era muy feliz con Taehyung, solían ver películas en las noches cuando su esposo llegaba del trabajo, cenaban comida deliciosa que le hacía con tanto amor y ni qué decir del sexo.

Taehyung era insaciable, y le avergonzaba decir que él también había desarrollado un gusto particular por pasar horas debajo del cuerpo desnudo de su marido.

Lo hacían en la cama, en los sofás, en la barra de la cocina o en la ducha; incluso lo habían llegado a hacer en la piscina del patio trasero, y se le calentaban las mejillas cuando recordaba esa vez en el gimnasio de la planta baja, cuando montó a su esposo por primera vez
Parecía que jamás pararían y Yoongi estaba amando toda la intimidad.

No era salvaje como Jimin le había platicado que a veces lo hacía con Namjoon, no necesitaban ser bruscos o desconsiderados.

Ellos hacían el amor, de manera apasionada, con toques lentos y suaves. Era todo lo que en algún momento pudo pedir, estaba teniendo una vida de en sueño.

Lo tenía todo.

Fue por eso que cuando su madre y suegra les pidieron un primer nieto en realidad no se mostró ilusionado.

Taehyung sonrió tras escuchar las palabras de su madre.

—Con los genes de Yoongi será más que precioso —dijo su suegra completamente enternecida

Yoongi sólo dio una vista rápida a su alrededor, paseando los ojos por el césped del jardín trasero de la casa de sus suegros.
Era una mañana espléndida, el desayuno era delicioso y la plática había sido magnifica, hasta que comenzaron a hablar de su vida como si él no tuviera el derecho de tener planes.

Aunque en el fondo sabía que en realidad no tenía el derecho de tenerlos, su vida siempre había pertenecido a sus padres, y ahora a su esposo.

La mano de Taehyung le acarició la pierna por debajo de la mesa alentándolo a hablar, pero no tenía nada que decir.

𝑫𝑶𝑵'𝑻 𝑪𝑨𝑳𝑳 𝑴𝑬 ❤︎ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙶𝙸 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora