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La noche anterior había sido tranquila, se había sentido como un abrazo que había estado esperando por mucho tiempo.

Después de su caminata en el parque, Yoongi había tomado la mano de JungKook; dirigiéndolos a ambos de nuevo al restaurante en donde ahora recogieron el auto y se dirigieron al departamento del menor.

Durante el camino la mano tatuada se había posado de nuevo sobre su muslo, pero al contrario del inicio de la noche, ahora no se sentía ajeno aquel toque.

Se sentía íntimo, y lleno de confianza.

Si Yoongi era honesto consigo mismo podía decir que sí, estaba feliz por el rumbo que habían tomado las cosas los últimos días. Sin embargo también estaba muy temeroso.

Él mismo sentía que estaba haciendo lo mejor para sí mismo, y aunque en verdad quería a JungKook en su vida, lo que le había dicho en el restaurante era completamente cierto.

No sabía si se sentía cómodo estando con una persona que se dedicaba a dar sexo por dinero.

Porque sí, así mismo era como se habían conocido, pero eso no significaba que al llegar a ser algo más como una pareja se sintiera del todo normal sabiendo ahora que su "novio" estaba con diferentes personas a diario.

Quería intentarlo, claro que lo quería.

Pero debía dejar las cosas claras lo más pronto posible.

Cuando habían llegado al departamento notó que JungKook jamas había soltado su mano mientras iba hacia la sala de estar, dejándolo ahí y dirigiéndose a la cocina.

De donde poco después regresó con un vino y un par de copas de cristal cortado preciosas.

Le entregó una y comenzaron a beber, a beber y hablar de cualquier cosa en realidad. El ambiente había sido relajado y Yoongi agradeció la manera en la que siempre podía sentirse cómodo y como él mismo cuando estaban juntos.

Y así pasaron los minutos, poco después horas y horas hasta que ambos quisieron ir a dormir.

Fue la primera vez que durmieron juntos, realmente dormir, sin nada más de por medio.

Y al despertar, Yoongi pudo sentirlo, era real, había dormido con JungKook. Había dormido abrazándolo, ambos rodeados de ese aroma al menor completamente adictivo de las sábanas, el edredón e incluso de la sudadera que JungKook le había prestado junto con los pantalones de dormir.

Mirar el rostro mañanero de JK por primera vez estaba siendo extraño, estaba siendo incluso cómico.

Lo había conocido con un aura intimidante y tan sensual que verlo con la boca semi abierta y la mejilla aplastada mientras un ligero ronquido salía de sus labios era algo que en realidad jamás pensó llegar a ver.

Ni siquiera había llegado a considerarlo, nunca. Y es que ¿por qué lo haría?

Estiró el brazo quitando un poco de cabello negro del rostro relajado del menor y lo siguió contemplando, era la primera vez que lo veía tan relajado pues en realidad siempre lo había visto en constante esfuerzo.

Y hacia arriba.

Rió bajo al pensarlo, justo antes de abrir los ojos de manera exagerada por un momento.

¿Cómo lucía él en ese momento? No se había preocupado hasta entonces y lo cierto era que solía verse bien, sabía que rara vez lucía mal, ya que siempre se había esforzado en ser el esposo absolutamente perfecto.

Pero en ese momento quería que JungKook despertara y lo mirara ser hermoso. Como siempre había estado acostumbrado.

Sin embargo, antes de que siquiera pudiera moverse fue atraído al pecho del joven, siendo estrujado antes de sentir cómo la nariz de JungKook se paseaba por su cabello, olfateando lo más que podía.

𝑫𝑶𝑵'𝑻 𝑪𝑨𝑳𝑳 𝑴𝑬 ❤︎ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙶𝙸 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora