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SeokJin no podía llegar a expresar el amor que sentía por su hermano menor, no con las palabras adecuadas que pudieran medir la cantidad enorme de cariño que sentía por él.

A pesar de tener una diferencia de edad de casi siete años desde el primer momento en que Jin conoció a su pequeño hermanito en el hospital después de la labor de parto de su madre juró estar completamente enamorado de él.

De sus mejillas abultadas, o de sus ojitos con galaxias infinitas en ellos, o de la manera en la que al comenzar a crecer sus pequeños dientes de leche parecían los de un adorable conejito.
Así que juró ante todos que jamás permitiría que nadie le hiciera daño, porque él sería el mejor hermano mayor existente en el mundo.

Cuando JungKook comenzó a crecer, siendo un niño y un adolescente considerado, amable y lleno de confianza supo que quizás no tendría que protegerlo más.
Él podía hacerlo solo.

Sus padres siempre habían tenido problemas para que no rompiera las reglas dentro de casa pues aún cuando era un adolescente obediente en la escuela, con buenas calificaciones y con respeto hacia sus superiores nunca le fue sencillo seguir órdenes de sus propios padres.

SeokJin sabía que en las noches salía de casa para ir de fiesta con alguno de sus amigos, sabía que ingería alcohol aún cuando era menor de edad y que en algún momento llegó a casa con otras sustancias en su organismo.

Recuerda estar en su habitación mordiéndose las uñas por la preocupación de no saber si sus padres descubrirían que su hermanito no estaba en casa y no saber a qué hora llegaría.

Por esa razón no solía quedarse en los dormitorios de su universidad, prefería quedarse en casa para poder seguir cuidando a su hermanito aún cuando en más de una ocasión discutieron porque JungKook quería que se dejara de meter en su vida.

Pero aún cuando a lo largo de su adolescencia fue complicado, el amor fraternal que sentía por él jamás había dejado de existir.

Por eso cuando sus padres se enteraron de lo que JungKook estaba haciendo por dinero fue la única persona que estuvo a su lado sin tomarle importancia a lo que hacía con su cuerpo.

No iba a negar que fue complicado enterarse de algo así, pero JungKook no tenía a nadie de su familia más que a él en ese momento.
No podía dejarlo solo, y jamás pasó por su mente hacerlo.

Y aún cuando no era de su agrado lo que hacía no evitaba escuchar sus experiencias cuando lo visitaba y charlaban por horas sobre sus vidas.

Recuerda la primera vez que escuchó a uno de sus colegas del trabajo hablar con otro muchacho sobre JungKook, aún no tenía la fama a la que había llegado los últimos meses así que fue algo traumático el que al llegar a la pequeña cocina de la oficina a prepararse un café los chicos le preguntaran sobre si conocía al muchacho.

Y pudo escapar antes de que le mostraran su página de twitter. No quería ver a su hermanito de esa manera, porque para él siempre sería eso, su pequeño hermanito.

Así que verlo ilusionado con un chico había sido divertido, nunca lo había visto enamorado o con el corazón roto y sabía que se estaba esforzando mucho con Yoongi aún cuando decía que no lo hacía.

Sólo había visto a Yoongi una vez, cuando él mismo le platicó todo sobre cómo se habían conocido y sobre su esposo que no se esforzaba nada en hacerlo sentir bien.
Y no iba a mentir, tenía curiosidad sobre qué había pasado entre su hermano y ese lindo chico, quería saber si las cosas habían salido bien y se encontraría con un JungKook muy feliz o si habían salido mal y se lo encontraría siendo grosero o indiferente por la decepción.

𝑫𝑶𝑵'𝑻 𝑪𝑨𝑳𝑳 𝑴𝑬 ❤︎ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙶𝙸 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora