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—Aquí voy ¿Está bien?

Yoongi asintió asegurándose de tomar la mano de su novio con fuerza y cerrar los ojos.

JungKook sonrió ante su evidente temor, era algo simple, sencillo y en realidad nada doloroso, comparado a todo lo que él se había hecho antes, pero sabía que para Yoongi quizás estaba siendo abrumador.

—Listo —escucharon al muchacho decir antes de alejarse para darles algo de espacio

—¿En serio ya? —preguntó sorprendido así que JungKook asintió —Oh wow...

Ambos miraron hacia abajo, encontrándose con la nueva perforación que Yoongi había querido hacerse en el ombligo.

JungKook tenía varias perforaciones en el cuerpo, tenía las orejas repletas, también dos en el labio inferior, una en la ceja y había tenido también una en la nariz por un tiempo aunque dejó que se cerrara sola porque en realidad nunca le había gustado lo suficiente.

Y ni hablar de su cuerpo lleno de tinta, pero siempre había considerado que tenía una buena tolerancia al dolor e incluso su tatuador se lo decía cada que iba por un nuevo procedimiento.

Tatuajes que comenzaron a llenar su torso cuando ya no hubo espacio en sus brazos. 

Sin embargo la otra noche cuando llegó a casa y Yoongi le comentó que quería hacerse una perforación en el ombligo le sorprendió demasiado.

Al mismo tiempo no tanto porque sabía que Yoongi jamás había podido ser un adolescente en realidad.
Un adolescente que cometiera errores o que pudiera hacer algo a escondidas de sus padres por simple impulso.

Y le gustaba mucho que tuviera toda esa confianza para poder desear algo y hacerlo, así que se encargó de sacarle una cita con la persona que le hacía sus perforaciones y llevarlo, tampoco olvidando sostener su mano en todo momento hasta que la pieza de metal ya estaba en su cuerpo.

—Se te ve muy sexy —dijo sin intentar ser discreto haciéndolo sonrojar

—Dios cállate —respondió más que avergonzado, pues había otras personas en el estudio quienes rieron por la escena de la descomunalmente atractiva pareja

—¿Qué día tienes espacio para una cita?

El muchacho que lo había atendido tomó el iPad de su escritorio y comenzó a buscar en su calendario.

—¿Te harás un nuevo tatuaje? —Yoongi no sabía nada sobre que su novio quisiera hacerse otro procedimiento y usualmente siempre le avisaba

—Quiero cubrir uno del brazo derecho —asintió ante lo dicho aún mirando hacia abajo ya de pie sin poder dejar de contemplar su nueva pieza

La camiseta corta que tenía puesta lo dejaba verla sin problema, era otra de las cosas que ahora siempre usaba, pues había notado que le gustaban mucho las camisetas cortas o de tirante delgado que antes jamás podía usar, o muy rara vez lo permitía y sólo en verano.

Al igual que los pantalones a la cadera anchos que le parecían de lo más cómodos.

Aún cuando sabía que estaba casi en los treinta aprovechaba mucho el hecho de verse más joven, sentía que estaba más vivo que nunca y que no debía tener vergüenza por usar lo que le gustaba. 

Incluso a veces ponía algo de delineador en la parte baja de sus ojos o sombra oscura, a veces le daba risa pensar en su comportamiento pero se sentía muy bien saber que podía probar todos los estilos que quisiera y que no había nada de malo en todo eso hasta realmente encontrarse.

Dejó de prestar atención a lo que su novio y el chico que parecía más un buen amigo por la manera tan confianzuda en la que se trataban decían, sólo supo que de pronto JungKook tomó su mano para poder salir del lugar.

𝑫𝑶𝑵'𝑻 𝑪𝑨𝑳𝑳 𝑴𝑬 ❤︎ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙶𝙸 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora