I.

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Miró en dirección a su amigo y rodó los ojos al ver la pequeña escena que estaban montando frente a él. Apenas eran las seis y media de la tarde y Ten ya estaba comenzando a emborracharse por lo que podía ver. Su pequeño amigo tailandés se encontraba sobre las piernas de Kun besándolo, chico al que juraba que odiaba, aunque, ya no parecía que lo odiara tanto. Termino el trago de lo que sea que Ten le hubiera servido y considero un momento la idea de retirarse ya, antes de que las cosas subieran de intensidad entre los chicos que tenía a su lado. Estaba a punto de levantarse, cuando el teléfono del chico chino comenzó a sonar.

- ¿Qué quieres? Estoy un poco ocupado. ‒ Contestó un irritado Kun, mientras que alejaba un poco de su rostro a un muy sonrojado Ten. ‒ ¿Ahorita? Escucha, no creo que sea posible, porque no me encuentro solo, estoy con uh...unos amigos. ‒ Doyoung observo como Kun suavizaba el ceño en su rostro mientras escuchaba a la persona del otro lado de la línea contestarle. ‒ Eso está bien para mí, voy a preguntarles y después te aviso. Nos vemos más tarde. ‒ El peli azul cortó la llamada y pasó una mano por su cabello, alborotándolo. Finalmente soltó un suspiro y miro a Ten, quién ya se había levantado de su regazo y se encontraba en la barra de la cocina, sirviéndose otro trago. ‒ Un amigo mío organizó una fiesta esta noche en su casa. ‒ Comenzó a hablar mientras se ponía de pie y caminaba hacia donde el tailandés se encontraba. ‒ Yo lo había olvidado y es un poco lejos, otro amigo va a pasar por mi en media hora. Claramente ya no hicimos nada del trabajo, así que ¿Les gustaría ir? Podemos quedarnos en casa de mi amigo y por la mañana puedo traerlos de regreso. ‒ Finalizó y retiró de las manos de su amigo la bebida que este tenía, para el mismo darle un buen tragó.

- Estoy dentro. ‒ Se apresuro a contestar el tailandés. ‒ Como quiera no tenemos nada que hacer, vienes también, ¿Verdad Doie? ‒ Al ser interrogado directamente Doyoung puso su atención en su amigo y sopeso por unos momentos la idea. Era cierto que en ese momento no tenía nada que hacer y no le vendría mal salir un rato, pero definitivamente tenía que volver a su casa ese mismo día. Necesitaba alimentar a sus gatos, por supuesto que los había alimentado por la mañana, pero eso no iba a ser suficiente para que aguantaran hasta el día siguiente. Además mañana le tocaba entrar al trabajo a las ocho, estaba seguro de que no le daría tiempo de llegar. Y por último, el no conocía a nadie del lugar al que iban, Ten estaría también, pero Doyoung estaba seguro de que lo abandonaría para estar tonteando con Kun.

- Lo siento Ten, pero no creo, sabes que mañana tengo que trabajar. ‒ Se excuso y se puso de pie para comenzar a guardar los libros que había dejado sobre la mesa del chino, donde se suponía iban a hacer su trabajo. ‒ Pero diviértete y llámame mañana para que me cuentes todo.

- No seas así Doyoung, ¿No puedes avisar en tu trabajo que vas a faltar?, por favor, por favor, por favor. ‒ El nombrado soltó una risa cuando vio a su amigo hincado frente a él, aferrándose a su pantalón para intentar convencerlo.

- No seas dramático Chittaphon, otro día será, te lo prometo. Ahora creo que debo irme, seguramente Jaehyun aun esta en su última clase, así que, si me apresuro aun puedo alcanzarlo, así se me baja el efecto del alcohol mientras espero y no me voy solo a casa. ‒ Dijo y apretó suavemente la mejilla de su amigo, luego miró al chino que aun se encontraba en la cocina. ‒ Creo que vamos a tener que ponernos de acuerdo nuevamente para poder hacer este trabajo Kun, si quieren pónganse de acuerdo y después que Ten me avise, ¿Esta bien?

- Esta bien, vemos eso después. ‒ El chino le dedicó una sonrisa amable, mientras se dirigía a abrirle la puerta. ‒ ¿Estas seguro de que no quieres ir?

- Lo estoy Kun, igual muchas gracias. No permitas que Ten tomé mucho más de lo que ya ha tomado, se pone un poco complicado cuando ya esta muy borracho. ‒ Dijo entre risas mientras salía del pequeño departamento.

- Gracias por decírmelo. ‒ El peli azul rio también. ‒ Ten cuidado en tu camino a la universidad, tú también tomaste bastante.

- Lo sé, pero estoy bien, ya me voy. Nos vemos Kun. ‒ Sacudió su mano como despedida y se adentro en el pasillo que lo conducía a las escaleras.

Comenzó a bajarlas de manera lenta, el sabía que no había tomado lo suficiente como para emborracharse, pero definitivamente se sentía algo mareado, así que era mejor que bajara con cuidado. Cuando finalmente salió del edificio saco su celular para avisarle a Jaehyun que lo esperara y que en caso de que saliera antes, lo esperara. Guardo su teléfono nuevamente y comenzó a caminar en dirección a la universidad. Llegó al edificio de Jaehyun y miró nuevamente su celular, su amigo no le había contestado, por lo que asumió seguía en clase. Consideró el esperarlo afuera del edificio, pero hacia bastante frio y además comenzaba a oscurecer, así que se adentro en el y tomó asiento en el suelo, a un lado del lugar donde su amigo tomaba su clase.

Revisó y contesto algunos mensajes de su bandeja e incluso revisó que había de nuevo en las redes sociales para hacer tiempo en lo que su amigo terminaba. Estuvo en eso alrededor de 20 minutos, hasta que comenzaron a salir las personas del lugar. Doyoung se puso de pie y se acerco a la puerta para encontrarse con su castaño amigo. Notó que cada vez salían menos personas y decidió asomarse dentro del lugar para ver donde se encontraba Jaehyun, pero apenas dio un pasó hacia la puerta su amigo salió por la misma, chocando con él y tirándole los lentes.

- Dios Jae, te odio, comenzaba a creer que no habías entrado a tu clase. ‒ Se quejó el pelinegro, mientras sobaba ligeramente su frente. ‒ Ya iba a entrar a buscarte.

- Lo siento Do, me entretuve con el profesor un momento. ¿Estas bien? ¿Qué es lo que estas buscando?‒ Preguntó el castaño al notar que su amigo ahora se encontraba en el piso, buscando algo a tientas y agachándose inmediatamente junto al otro para ayudarlo.

- La mica de mis lentes, se le debió zafar cuando se cayeron y ahora no la encuentro. Sin ellos no puedo ver nada y necesito encontrarla. ‒ Jaehyun asintió y se levantó para mirar en toda dirección y encontrar la mica. Fue capaz de verla a unos cuantos metros de donde estaban, se acerco a levantarla y en cuanto la tomo se dio cuenta de que estaba completamente rota, no creía que en ese estado pudiera serle de ayuda a su amigo.

- Do. Ya la encontré, pero, esta rota. Debió de romperse por el impacto o tal vez alguien la pisó. Lo lamento tanto, si hubiera sido más cuidadoso. ‒ Murmuró dejando la mica en la palma de su amigo. Doyoung la observo y definitivamente ya no servía, iba a tener que ir a que le repusieran las micas. Negó suavemente con la cabeza y apretó uno de los hombros del castaño.

- Fue un accidente, no importa. Puedo reemplazarla o quizás comprar otros lentes, estos ya no me gustaban de todas formas. ‒ Le sonrió al más alto y guardo sus ahora inservibles lentes en su mochila. Creo que ya deberíamos irnos Jae. ‒ El otro asintió y emprendieron su camino a la salida del edificio. Estaban a punto de salir cuando escucho que un grupo de chicos estaban llamando a su amigo. Jaehyun para sus pasos y le pidió que lo esperara unos segundos, para luego alejarse de el y encaminarse hacia quienes lo habían llamado.

Doyoung miró en la dirección en la que el castaño se había alejado y logro distinguir al menos cinco siluetas, no podía ver casi nada sin sus lentes, pero aun así pudo deducir que por lo menos cuatro de las personas que estaban ahí eran hombres. Uno en especial llamó su atención, se veía alto, más que Jaehyun, no podía decir mucho de su cabello aparte de que era negro o quizás de un castaño muy oscuro, su piel estaba ligeramente bronceada y aunque veía su cuerpo muy desdibujado, estaba seguro de que el chico estaba bien formado, no sabía porque, pero aunque eso era todo lo que podía decir sobre aquel chico este le pareció jodidamente atractivo. Seguramente impulsado por el poco o mucho alcohol que aún quedaba en su sistema, sacó su teléfono y le tecleo rápidamente un mensaje a Jaehyun, diciéndole que su amigo alto era muy guapo, luego levantó la mirada y vio la borrosa silueta de su amigo mirando su celular, para inmediatamente después mostrárselo al chico guapo. No había manera de que Doyoung supiera si lo que le había mostrado Jae al otro era realmente su mensaje o no, pero la vergüenza se apodero inmediatamente de él y se vio incapaz de seguirlos mirando, por lo que opto por mejor salir del edificio y esperar ahí a su amigo. 

Dulces Heridas  [Johndo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora