Dulces Heridas [Johndo ]

XV

Los viajes en autobús nunca habían sido sus favoritos, pero tenía que admitir que lo emocionaba volver a casa, ver a su familia, pasar tiempo en el lugar en el que había crecido. Subió al vehículo y rápidamente encontró su asiento, se acomodo y saco su celular para revisar sus mensajes, vio el de Ten avisando que se le había hecho tarde, pero que ya se encontraba en camino, algunos de sus amigos de la facultad y el de su madre deseándole buen viaje y diciéndole que ya quería verlo. Se deslizo un poco más abajo, llegando hasta los mensajes más antiguos, el número seguía ahí, ¿Debería?

No lo pensó demasiado y presiono la opción de llamar. El timbre de llamada sonó cuatro veces, quizás no iba a contestar, quizás ya ni siquiera le pertenecía ese número, iba a colgar cuando logró escuchar aquella voz del otro lado de la línea.

- ¿Jaehyun?

- Yuta. ‒ El castaño se sentía terriblemente mal haciendo esto, muy en el fondo sabía que no era una solución, pero no sabía que podía hacer a este punto.

- No creí volver a hablar contigo alguna vez, ¿Qué sucede? ¿Pasó algo con Doyoung?

- De hecho, hay algo, ¿Tienes tiempo? Es algo largo de contar. ‒ Jaehyun estaba seguro de que si Doyoung se llegaba a enterar de esto iba a odiarlo y también era consciente de que esto se iba a volver un problema, pero estaba seguro de que era mejor lidiar con Yuta que permitir que Johnny continuara en la vida del pelinegro.

- Te escucho entonces. ‒ El coreano comenzó a contarle todo al japonés, rogando al cielo que esto de verdad trajera un buen resultado y no más desastre del que ya había.

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Bajo del auto de manera apresurada. Estaba emocionado, demasiado. Tenía mucho tiempo que no veía a sus padres y a su hermana; y la última vez que los había visto, bueno, no es el recuerdo más agradable, Doyoung vio por última vez a su familia hace casi dos años, tres meses antes de que entrara a la universidad.

Sus últimos meses en su casa había sido bastante caóticos, la relación de sus padres estaba atravesando un momento muy delicado y a menudo, él y su hermana terminaban involucrados, el lugar se había vuelto completamente una zona de guerra, lo que había comenzado a agobiarlo. Aguanto lo que pudo, hasta que finalmente todo había explotado. Aquel día su padre había llegado cayéndose de borracho, los gritos no se hicieron esperara entre el y su madre; y cuando menos se dio cuenta la pelea se había trasladado a la habitación de su hermana menor, Minjeong. El se metió en la discusión al instante, intentando alejar lo más posible a su hermana de aquello y bueno, había terminado mal. Si el no recuerda mal, la última vez que su padre le había puesto una mano encima había sido cuando tenía alrededor de 13 años, por lo que el fuerte golpe en su rostro lo tomó completamente por sorpresa.

A pesar de que las personas solían considerar al coreano una persona muy fría o seca, Doyoung era demasiado sensible, en especial cuando se trataba de su padre. Aquel golpe desenterró muchas cosas que el pelinegro había guardado en lo más profundo de su ser, cosas que lo lastimaban demasiado y no pudo lidiar con ello. Salió de aquella habitación lo más rápido que pudo, tomó su celular de su habitación y abandono su casa. En aquel entonces el ya tenía su pequeño departamento esperándolo cerca de la universidad, su tío favorito se lo había regalado en cuanto se entero de que planeaba entrar a estudiar ahí, así que no sufrió por no tener donde quedarse.

Jaehyun había ido a recoger sus cosas a la casa de sus padres unos días después, así que Doyoung no necesito volver. Se mantuvo incomunicado con su familia por casi 10 meses, no estuvieron ahí cuando el pelinegro había adoptado a sus gatos, cuando se alejó de su ex de la adolescencia, ni cuando ingreso a la universidad, ni la primera vez que había viajado al extranjero. Al final un día lo habían llamado, hablaron, se disculparon y le contaron que estaban intentando mejorar, los perdono porque a pesar de todo los amaba, eran su familia, pero Doyoung continuaba sintiéndose reacio a querer verlos, así que no los visito ni pensó en hacerlo pronto.