Capitulo 13

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Universidad de Ontario

Miro con intensidad la puerta del salón de clases esperando ver su silueta entrar, esa pequeña se ha volado toda la clase cuando se supone que iría un momento a la dirección. Suelto un suspiro cansado y decido ponerle atención a lo que explica la maestra.

Scott a mi lado no hace siquiera el intento de dirigirme la palabra después de lo que le dije sobre Pierce, siempre he sido directa y clara con lo que quiero, si no me gusta tu forma de hablarme te lo diré sin rodeos y si me gusta algo voy por ello, así de arriesgada soy.

Antes mi mentalidad era muy diferente, era una persona inmadura y compulsiva ahora conozco las circunstancias de actuar sin pensar, pero con Pierce siempre que creo que saldrá algo entre ambos el cambia las fichas y logra de alguna y otra forma confundirme, me hace sentir como aquella pequeña llena de miedo. Salgo de mis pensamientos cuando la maestra dice mi nombre y algo me dice que no es la primera vez que lo hace.

—¿Señorita Grace podría responder lo que acabo de preguntarle? —Sonrío nerviosamente.

—Claro, claro que puedo. —La maestra me observa con una pequeña sonrisa malévola.

Donde quedó lo de "soy una persona directa y si no me gusta algo lo digo y blablablá..." pues ahora mismo está en el pasado.

—Sabe usted quién fue Pierre Trudeau. —Miro a mis compañeros confundida luego regreso la vista a la maestra.

—¿Pierre Trudeau? —Mis neuronas están trabajando rápidamente pero no tengo idea de quién sea esa persona, estoy en problemas.

—Si. —Dejo salir un bufido y niego.

—Pues fue un hombre importante —Opino y mis compañeros ríen ante la idiotez que acabo de decir.

—Eso ya lo sé. —Gruñe con molestia. —Quiero que me diga cuál fue su trabajo en la historia.

Guardo silencio unos minutos, la maestra deja salir un sonido molesto mientras la miro con los labios fruncidos y una ceja alzada después de escuchar lo que dice.

—Como es posible que esté en este nivel y no tenga idea de la historia de su país.

—Disculpe maestra, yo vengo a estudiar lo relacionado con mi carrera no ha escuchar que hacía un señor que debe de haber muerto hace ya años, acaso saberlo cambiará algo. —Mis compañeros jadean con sorpresa y ella hace una cara de espanto, bien Grace eso ha sido algo grosero.

Abre sus fosas nasales con gran molestia y se prepara para darme la regañada del año pero antes de decir siquiera media palabra el timbre suena interrumpiéndola y salvándome a mi, aprovecho eso para salir en un abrir y cerrar de ojos del salón.

A unos cortos pasos del salón veo a Carla recargada de la pared con las mejillas teñidas de un rojo intenso inevitablemente hago una mueca de asco, está muy sudada. Me acerco a ella y sus ojos al notarme se abren a tope mientras se rasca la barbilla.

—¿Qué se supone que te paso? —Se endereza y mira el pasillo. —Pareces haber estado corriendo, ¡estabas en problemas!

—Puedes bajar la voz y dejar el drama. —Aprieto los ojos con molestia.

—Donde estabas Carla y no me mientas cuando nunca lo haz hecho. —Baja la cabeza avergonzada.

—¿Podemos hablarlo luego?

Lo dejo pasar esta vez pues tengo bastante hambre y el receso no es muy extenso, ella se va con la excusa de que necesita ir al baño así que voy sola a la cafetería. Mientras paso por uno de los pasillos escucho algo caer abruptamente en el salón de artes por simple curiosidad miro por una de las ventanillas y una cabellera rubia se hace visible ante mis ojos. Lo observó detenidamente, se ve muy concentrado recogiendo la caja de pinceles que cayó, luego muerde su labio inferior y frota su cien...

El Punto Débil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora