Escribir "Amor" En Tus Brazos/H.S./(EDITANDO)

36

Era de noche y me había quedado totalmente sola. Alcanzaba a escuchar la ciudad desde adentro y decidí sentarme cerca de la ventana, todavía más cerca.
Pegar los dedos en el vidrio imaginando que yo podía tocar los edificios, las luces y el cielo como si fuera tan sencillo. También, creía que sería tan sencillo destruirlo todo con las manos...

No recordaba los primeros días que había venido al mundo, me preguntaba si recordaría el último día de mi vida y a dónde me iría. Es terrorífico adivinar. ¿Qué tal que todo no es tan bello como lo describían en las películas o cuando mamá me describía el lugar a donde iban las personas que fallecían? ¿Cuál es nuestro destino en realidad? La vida no es sufrimiento. Yo no quería que algo así me pasara. No estaba lista pero siempre preferí una muerte con la que no dañara a nadie, algo así como irme a un lugar desierto y morir a los tres minutos sin que nadie lo supiera.

-Hermoso ¿no?-Aquella voz me sobresaltó. Sin voltear ni mostrar miedo asentí y volví a acariciar el vidrio. -Me encantaba venir a esta habitación-.

En realidad no sabía que le podría contestar.

-Me llamo Danielle-

-Yo soy Casey-Me levanté para estrechar su mano con la mía. Solo podía ver un poco de su cara porque la luz de la habitación estaba apagada y solo la luna podía iluminar la ventana.

-Lo sé- Se sentó a un lado de donde yo había estado sentada hace unos segundos. -Ver tanta gente enferma me contagia a mi también. Me refiero a que me da mucho dolor verlos así-

-Entonces, ¿por qué te dedicas a esto?-

-Sé la respuesta, pero no te la diré por ahora-

Me coloqué a un lado de ella y comencé a decirle el nombre de cada una de las calles que alcanzábamos a ver.
Era sorprendente que me supiera la mayoría, pero es que en el tiempo que estuve sola tenía el tiempo suficiente para descubrir.

-¿Alguna vez visitaste aquél bar?-

-No-

-Deberías de hacerlo. Es hermoso, tiene unas luces en el techo que parecen como si estuvieras en el mismísimo espacio. Aparte de que tienen bebidas exquisitas-

-Algún día lo haré. Lo prometo-. Sonreí.

-¿Es difícil?- La miré confundida -Pasar por esa enfermedad-

-Oh... Es más de lo que imaginé- Solté mi cabello para comenzarlo a desenredar con mis dedos. -Ver a tus seres queridos sufrir por algo que ellos jamás fueron culpables, nisiquiera tu mismo. Sabes que es un cáncer que nunca se va a ir, al menos que dios lo quiera. Te arrepientes de no haber hecho muchas cosas, pero reconoces que tuviste a las mejores personas de tu lado. Besar al amor de tu vida, tomarlo entre tus brazos y dejarte perder en los de él sin miedo a nada porque sabes que él jamás te hará daño- Mi voz se quebrantó pero quería pronunciar su nombre -Harry...-

Danielle me abrazó con fuerza aliviando mi tristeza con unas dulces palabras que me ayudaron a volver a sonreír.

-Lucha, Casey. Tu podrías pasar a la historia si no te das por vencida-

Tenía razón pero, como siempre, el lado negativo de mi consciencia me decía que podría luchar el tiempo que quisiera pero que al final todo sería fallido.

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2:00 a.m.

Harry había entrado al hospital sin que nadie se diera cuenta.

-¿Qué tal la comida del hospital?-

-No es mala-

-Deberían de consentir a los pacientes. Se lo merecen-

-Harry si tuvieras tu propio hospital serías un desastre, lo digo enserio- Harry rió en voz baja. Su sonrisa era igual de radiante.

-Al menos me amarían los pacientes-

-Falso-

-Oye, quiero que cuando salgas de aquí vayamos al restaurante donde nos conocimos, amor- Besó mi mano. -¿Qué dices?-

-Eres un romántico, Harry. Pero me encantaría recordar ese día-

-Es tu culpa que sea tan cursi- Escuchamos como se acercaban a la habitación las enfermeras. Harry se paro rápido buscando un lugar en donde esconderse, al final se puso detrás de las cortinas sin hacer ruido.

-¿Cómo te sientes?- Me pregunto una de ellas.

-Bien- Sonreí.

-Ya veremos-

Las enfermeras me dijeron que mi estado era igual que hace dos horas y que sería mejor que durmiera para descansar mi mente.

-Es muy tarde-

-¿Te vas?-

-No, es tarde para que sigas despierta.-

-Dime, ¿por qué vienes a mitad de la madrugada a verme?-

-Bueno... Me imagino que no es nada bonito estar en el hospital solo, aparte extrañaba verte-

No sé cuanto tiempo más se quedo Harry conmigo, pero me quedé totalmente dormida y cuando desperté Harry ya no estaba.

No estaba segura de el tiempo que me quedaría aquí pero si estaré por unos días será mejor que haga algo con que distraerme. Pedí a Danielle unas cuantas hojas de colores, bolígrafos y algunos colores que guardaban para los niños que venían al hospital.

Dibujaba la forma en la que recordaba ayer la ciudad, me dibujaba a mi misma y cómo me sentía en estos momentos. Estaba tan concentrada que no noté la ausencia de Michael en la puerta.

-¿Cuánto llevas ahí parado?-

-No importa. ¿Qué es lo que haces? Tus grandes ojos están brillando-

Levante los dibujos y el los tomó para verlos con una gran sonrisa.

-Creí que te habías olvidado de mí-

-Imposible. Es solo que estos días he estado algo... Pensativo. Decidí venir cuando no tuvieras ese estrés cuando vienen demasiadas personas a verte-

-Increíblemente he estado muy relajada. Tener visitas me hace sentir en casa. ¿Cómo está tía Magda?-

-Ella esta bien. Te echa de menos-

-Y yo a ella, bueno a todos ustedes-

-Todo estará bien, creeme. Pero deberíamos seguir conviviendo y divirtiendonos juntos.- Michael sacó su billetera y la agito en frente de mi rostro. -Papá ya me pagó este mes y el pasado. Eso quiere decir que este dinero lo usaremos para divertirnos-

-Ah, ¿si? ¿Como en qué?-

-Como un juego de mesa o algún tipo de cosas con las que nos encantaba jugar-

-Nos encantaban los juegos de mesa...-

Guiñó un ojo.

Acaricié su nuevo color de cabello azul. Le quedaba muy bien por su color de piel. Michael era un chico muy guapo y de un carácter maravilloso, y jamás logré entender porque le costaba conseguir una pareja.
Definitivamente extrañaría esa pequeña sonrisa que se dibuja en su rostro cuando estaba buscando algo cuidadosamente.

Pase lo que pase en esta noche no me preocupará. Solo quiero irme a casa.
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