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Ahora cada día me daba más miedo, simplemente no quería.

Todo mundo sabía que las cosas se estaban poniendo cada vez peor. Mi estado de salud iba empeorando y yo lo podía sentir. Era horrible.

Últimamente me ha costado trabajo levantarme de la cama con sólo tener la intención de ir al baño. Mis padres dicen que mi piel se ha vuelto mas pálida de lo normal y he bajado dos kilos en poco tiempo.

Harry viene a visitarme todos los días después de terminar de arreglar el lugar en donde comenzará con la editorial que él siempre quiso. Al parecer todo va en marcha y estamos muy ansiosos por la inauguración. Harry, siempre me trae rosas rosas los días martes y jueves, rojas el día lunes y blancas el día miércoles y viernes, mientras que los fines de semana siempre trata de traer tulipanes o girasoles.

Michael viene a cuidar de mi los fines de semana durante la noche. Ha estado conversando mucho con Harry y por fin aprueba nuestra relación.

Tantas cosas han pasado haya afuera que ni siquiera me di cuenta de que tía Magda ha estado saliendo con un hombre canadiense. Ella me ha platicado lo feliz que es con él y lo mucho que ese hombre quiere conocerme.
Mamá y papá están más preocupados que mil hombres en un juego de golf... ¿Entienden? Creo que también perdí mi sentido del humor.

(...)

Era temporada de nieve y siempre me gustaba despertar y brincar de la cama para poder ver los pequeños copos de nieve caer desde lo mas alto hasta tocar el piso blanco.

Tenía tantos deseos de recostarme en la nieve y hacer los famosos ángeles pero Rose me lo prohíbe, dice que tal vez podría agarrar una pulmonía, pero me prometió salir un día a hacer guerras con bolas de nieve.
Gracias a dios, he tenido una gran relación con ella, Nicole la conoció y también se han vuelto buenas amigas.

-¿Qué pasa, cariño?- Escuché la dulce voz de mamá.

-Mira la nieve, mamá. ¿No es igual de hermosa desde afuera?-

-Por supuesto. Cuando naciste tenías los ojos grises, ¿jamás te conté eso?- Negué. -Tu padre siempre decía que tus dos ojos grises y brillosos le hacían recordar la nieve-

-¿Nieve gris?- Pregunté soltando una pequeña risa.

Mamá pasó su brazo por encima de mis hombros acercándome a ella para sentir calor, ese dulce calor de madre.

-¿Qué tal va la editorial de Harry?-

-Dice que va muy bien. Sé que Harry saldrá adelante con ella y llegará muy alto-

-Lo hará- Sonrió.

Continué viendo por la ventana.

Moría por plasmar esta imagen en mi cabeza durante toda mi vida. Era realmente hermoso y creo que placeres como estos solo se disfrutan una vez en la vida.

-Preparé chocolate caliente- Dice Rose entrando lentamente para no derramar el chocolate en el piso. Regresé a la cama para poder probar el chocolate junto a mamá, Rose, y minutos después, con papá también.

(...)

Pasaba la yema de mis dedos por la tinta de sus brazos marcando cada uno de sus tatuajes como solía hacerlo antes. Su gran mariposa era acariciada por mis dedos con delicadeza provocándole cosquillas mientras yo escuchaba atenta su dulce risa.
Sus ojos esmeralda miraban con lentitud cada facción de mi rostro haciéndome sonrojar, no podía ocultar mi cara porque él me lo pidió.

Así estuvimos durante minutos Harry y yo en esta noche en la que me visita. Harry había sobornado a Michael con un disco de Blink 182 para dejarlo cuidar de mi en lugar de Mikey. Era obvio que Michael aceptaría con un gran gusto.

-Margarette...- Susurró Harry en mi oído dicujando una sonrisa en mi pálido rostro.

-Harry...-

-Te amo- Pegó más mi cuerpo al suyo.

Te amo también, Harry Styles.

Dormí durante unos minutos hasta que sentí la necesidad de despertar y encontrarme con la figura de Harry acostado a un lado de mí durmiendo tranquilamente.
Me encantaba respirar ese aroma de su perfume tan varonil. Me encantaba sentir su cálido toque alrededor de mí invitándome a estar protegida.

Giré mi cuerpo hacia la ventana con lentitud para no despertarlo. Sonreí al volver a ver que caía nieve del cielo otra vez.
Me encantaba cuando el hospital estaba totalmente silencioso, ya no escuchaba los doctores gritando por los pasillos, los enfermos quejarse o las enfermeras hablando entre ellas. Creo que todos los hospitalizados creerán lo mismo.

-Si te pido que te cases conmigo, ¿lo harías?- Abrí los ojos de par en par al escuchar la adormilada voz de Harry.

-¿Uh..?-

-Sé que me escuchaste bien la primera vez- Besó mi cuello.

-¿Tu estarías dispuesto a vivir casado conmigo?-

-No tendría ningún problema, es decir, sería como ese único amigo joven que es casado-

-Si, pero generalmente ese amigo se tuvo que casar porque embarazó a su novia-

-Entonces, tengamos un bebé- Reí y él solo me miraba con una linda sonrisa. Acaricié su mejilla -Estás muy fría- Jaló más cobija para taparnos. Harry daba unos soplidos en mis manos para darles más calor. -¿Qué piensas?- Negué con la cabeza -Extraño caminar por el parque contigo. Dime que algún día lo volveremos a hacer-

-Algún día lo volveremos a hacer. Las veces que quieras, amor- Besé su frente. -¿Te puedo preguntar algo, Harry?- Él asintió aún acariciando mis manos. -¿Por qué no eres como los demás? Me refiero a que los demás ya hubieran dejado a sus novias al verlas internadas en el hospital y...- No pude terminar de decir la idea.

-No soy esa clase de idiota. Yo no te he dejado porque en verdad te amo y sé que pasar tiempo juntos o al menos vernos nos hace bien ¿no crees?- Asentí mirándolo a los ojos. -¿esperabas que yo fuera como ellos?-

-En realidad no. Solo quería escuchar que lo dijeras- Reí mientras Harry me miraba con los ojos entrecerrados. -¿Quieres ver cómo neva?-

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Escribir "Amor" En Tus Brazos/H.S./(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora