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Me encontraba en la clase de literatura a punto de terminar y salir al almuerzo. En cuanto dieron el toque salí volando hacia mi casillero para dejar mis libros en él. Cuando volteé detrás de mí estaba Harry con otros chicos. Él me miro y rápido desvió su mirada.

Cuando de nuevo me miro levante mi mano para saludarlo. 

—Mira Harry, Duffy te acaba de saludar —.  Gritó uno de aquellos chicos. Harry me miro con odio y salió de ahí con pasos grandes.

Tratando de ignorarlo me fui hacia las gradas pero ha decir verdad no lo podía ignorar. Seguía pensando en lo que acaba de ocurrir y me pregunto ¿por qué Harry me habría visto de esa forma? o ¿por qué no se tomo la molestia de regresarme el saludo? Qué rápido cambia de parecer.

Abrí mi libro y comencé a leer hasta que escuche que alguien subía los escalones con velocidad. Era Nicole quien venía algo agitada y con su comida en mano.

—Perdón, me quedé hablando con el chico que me invito a bailar ayer ¿te acuerdas?—sonreí y ella lo hizo de vuelta. —¿Qué tal va tu día?

—Cuando sea el fin del mundo te tendré una noticia diferente e interesante. Por ahora, nada. ¿Qué tal tu?

—Bien... Lo veo igual pero no ha sido aburrido—. Seguí leyendo el libro mientras ella estaba demasiado concentrada en la comida.

Sin dejar de pensar en lo de Harry, rápidamente le pregunte a Nicole:—¿Qué piensas de los chicos que te hablan un día y al siguiente te ven con odio y ni siquiera te saludan?

—A lo mejor sucedió algo. ¿Pasó algo?—. Suspiré cerrando mi libro.

—Ayer cuando estabas bailando un chico llegó conmigo. Se llama Harry y hoy que lo saludé desde lejos luego me miro con odio, después se fue sin decirme nada.—Mire a Nicole quien estaba muy atenta a lo que le decía.

—Habla con él. Tal vez supo algo que le molestó o qué sé yo.

Todas las clases estuvieron totalmente aburridas. Solo faltaba una para terminar, pero estaba harta, así que fui, rápidamente y sin que nadie me viera, detrás de las gradas para poder saltarme esta clase. 

Entre varios matorrales llegué bajo un árbol. Pero detrás de ese árbol se escuchaban gemidos y gruñidos. Cerré los ojos con fuerza.

—¡Oye!—gritó un chico que salió detrás del árbol con su camisa desabotonada, enseguida se se asomó un chica que sonreía sin razón alguna y su cabello estaba muy despeinado.

—Perdón—. Me fui de ahí hasta llegar detrás de las otras gradas. Al parecer no había ruidos extraños o gente por aquí, así que me senté en el pasto a un lado de una gran piedra.

Abrí mi libro y empece a leer.

—¿Qué crees que haces?—. Dijo esa voz ronca que ahora la reconocería en cualquier lugar. Sin quitar mis ojos del libro le conteste.

—Leyendo.

—No me refiero a eso. Me refiero a ¿qué no deberías de estar en clases en vez de estar aquí?

—¿Qué me dices de ti?—lo mire directamente a los ojos y él mantenía una sonrisa. —Me dices que debería de estar en clases y tu tampoco estas en clases. Ninguno de nosotros, por ahora, no tiene derecho a decir 'Tienes que estar en clases.'

—Bien—. Se acercó y se sentó en la gran piedra a un lado de mi. -Dime, ¿por qué en vez de leer no haces algo mas productivo como aquellos chicos que están allá?- Dijo señalando los chicos que estaban detrás del árbol. Lo mire con el ceño fruncido y él rió. -¿De qué trata?- Señaló el libro y bajo de la piedra para estar sentado a mi altura.

Escribir "Amor" En Tus Brazos/H.S./(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora