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Era domingo por la mañana y me desperté con muchas ganas de salir a hacer cualquier cosa. Raro los domingos que lo hacía. 

Bajé a ver quien se encontraba en la sala  pero solo vi a tía Magda viendo en la televisión sus películas favoritas. Me sonrió y me invitó a sentarme a un lado de ella, así lo hice hasta que el teléfono de casa sonó y fui a atender. 

-¿Hola?- Esperé unos cuantos segundos y nadie contesto. -¿Hola?- Volví a esperar.

-¡Casey!- Estalló en risa.

-Me asustaste Nicole -. Dije pegando una mano en mi pecho esperando tranquilizarme un poco.

-Fue gracioso, lo siento -. Siguió riendo un poco y luego respiro hondo. -Quería pedirte un favor. Hoy tengo una cena con Ian y quería saber si podrías venir a mi casa a ayudarme con el atuendo, el maquillaje y...- Suspiró. - Por favor.

-Claro. Llego a la una en punto ¿te parece?

-Me parece muy bien, aquí nos vemos. Adiós y gracias, Casey-. Colgué y regresé con tía Magda.

-Casey, mira quien se vino a dormir con nosotros en la noche- Dijo mamá bajando las escaleras con Luffy en sus manos. Sonriente fui a cargarlo y abrazarlo.

Luffy es un pequeño gato blanco con café. Lo traje a casa hace una semana y mamá estuvo encantada de tenerlo en casa, pero en cambio papá puso reglas, aunque al final se encariño con Luffy. Es tan lindo. Con tan solo sentir mi tacto comienza a ronronear, cada vez que me ve llorando sube a hasta mi cama y se recuesta encima de mi pecho y maúlla hasta hacerme sentir mejor. Lo quiero mucho.

-Lo bueno es que tu papá no se enteró que estuvo ahí. Ya sabes como se pone-. Continuó mamá.

-Mamá hoy voy a ir a la casa de Nicole, necesita ayuda porque hoy tendrá una cena con un chico. ¿Me dejas ir?

-Sabes que te dejo ir con Nicole pero no regreses tan noche. También sabes que hoy es la cena importante de tu padre y el papá de Nicole.

-¿A qué hora se irán?

-Nos iremos de aquí a las ocho. Tu tía Magda nos acompañará -. Mire a mi tía y ella me sonrió.

-No te preocupes, mamá. Solo la iré a ayudar y me regresaré -. Mamá me beso la mejilla y fue a hacer el desayuno.

Tomé las llaves de la casa y el celular que papá me presto temporalmente. Me despedí de mis padres y de tía Magda para luego ir en camino a la casa de Nicole. 

Llegando no tuve que tocar dos veces la puerta, ella abrió rápido y me hizo pasar.

-¿Qué vestido te pondrás?- Dije mientras subíamos las escaleras.

-El vestido azul turquesa que me regalaste.

-Ese te sienta bien y no lo digo solo porque te lo regale yo.

-Lo sé -. Rió un poco.

Peiné su cabello con unos rizos los cuales se formaban muy bien. Ella se maquilló los párpados para hacer resaltar el color azul que brillaban al contacto de la luz.

Un brillo en sus labios y perfume que cualquiera que la conociera podría decir que lo ha usado desde siempre. Es su favorito y no es un olor horrible ni empalagoso, le queda muy bien para una persona como ella.

-Suerte, Nicole. Cualquier cosa sabes que me puedes llamar -. Ella sonrió y besó mi mejilla dos veces.

-Muchas gracias, Casey. Te quiero mucho.

-Yo también te quiero mucho.

Vi como Nicole subía al auto de Ian quien la recibió muy amablemente. Me despedí de ella con la mano y emprendí mi camino a casa. Decidí pasar por el parque, el cual se veía tan lindo de noche mientras el agua de la fuente caía provocando un sonido relajante. Me senté en una banca en frente de ésta mientras veía a los niños correr por ahí.

-¿Por qué tan sola?- Volteé a verlo y le dediqué una sonrisa traviesa.

-Eres la única persona que en vez de decir un 'Hola' primero prefiere quejarse de las fiestas o preguntar alguna cosa.

-Hola, Margarette.- Suspiré. No sabía si lo hacia para fastidiarme o de verdad le gusta ese nombre. -Cuéntame la historia de porque te decidieron poner Margarette-

-No es muy interesante. A mamá siempre le gusto el nombre de Margarette y por suerte su único bebé fue mujer, y me llamó así.

-¿Qué haces aquí tan noche?

-Son las ocho. Técnicamente aún no es tarde.

-Eso es lo que tu crees. ¿Sabes cuántos asesinatos se han hecho a las ocho de la noche?

-Haces muchas preguntas, Harry. Y dudo que yo sea la siguiente.

-Me pregunto más cosas sobre ti, ¿sabes? Creo que eres una persona misteriosa.

-¡Oye! La que se tiene que quejar del misterio del otro soy yo. Lo único que sé de ti es que te llamas Harry ¿ah?

-Poco a poco Winehouse- Lo miré con los ojos entrecerrados. -Ven. Te invito un helado -. ¿Me lo pide o me lo exige? Supe la respuesta cuando encontré a Harry levantándose de la banca y a mí siguiendo sus pasos. 

Pensaba que después de sentarnos bajo el árbol, mientras comíamos el helado platicaríamos sobre nosotros pero no fue así. Cada uno estaba en su mundo y al parecer veíamos a los mismos niños correr.

-Es lindo ¿no?- Dije interrumpiendo el silencio. Harry me miró mientras masticaba el cono del helado. -Ver a los niños correr y jugar. Hacer que cada persona adulta recuerde sus momentos de niñez, pero a la vez es triste. En lo personal, me pongo a pensar que esos momento jamás los volveré a vivir y a preguntarme ¿cómo será mi futuro? Seré adulta y me pondré a pensar en cómo pase toda mi adolescencia, y así hasta envejecer.

-Estas en la adolescencia y estas consciente de eso, entonces ¿por qué no disfrutar todas las cosas que te gustan para no arrepentirte de no haberlas hecho cuando ya sea tarde?

-Tienes razón...- Me acomodé en el pasto sintiendo la fría brisa que pegaba en mi rostro. -Ahora si es tarde, Harry. Me tengo que ir.

-Te veo mañana- Se levantó conmigo. Estreché mi mano con él y lentamente me fui sin antes verlo por última vez en el día.

Entré a casa dando un fuerte suspiro de cansancio. Me sentía agotada y solo quería cenar y dormir. Me prepare una torta con un poco de limonada que mamá había guardado en el refrigerador. Terminando tome a Luffy en mis brazos y subí a mi habitación.

Después de ponerme la pijama me aventé en mi cama sintiendo las frías cobijas.

Mi celular vibró y con un poco de pereza lo busqué en la mesita de noche. 

"Cómo quisiera conocerte.

Eres uno de esos secretos que cualquier persona quedaría obsesionado con ello hasta saber lo que en realidad es, pero no cualquiera encuentra secretos así por la vida. Me siento afortunado de saber que existes y que podrías estar muy cerca de mí.

Cómo quisiera tocar esas manos delicadas que siempre escondes bajo la manga de tu suéter. Cómo quisiera acariciar esas mejillas que se ruborizan varias veces al día. Cómo quisiera enredar ese cabello castaño entre mis dedos.

Quisiera muchas cosas a tu lado, Casey.

Atte: Algún chico misterioso."

Número desconocido.

¿Qué es esto? ¿Algún tipo de broma de otro idiota de la escuela? Jamás me habían jugado una broma de este tipo, pero no dudo en el hecho de que son muy creativos... Dios mio. 

-Estúpidos- Dije apagando la luz.

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Escribir "Amor" En Tus Brazos/H.S./(EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora