- Cap 11 -

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“Eres el adiós que jamás sabré decir”

— Buenos días Mito Sama, creí que tardaría un poco más en su viaje – sonrió nerviosa la mujer –

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— Buenos días Mito Sama, creí que tardaría un poco más en su viaje – sonrió nerviosa la mujer –.

— Azumi, regrese antes de tiempo para finalizar varias cositas que debo solucionar – tomó asintió en un sofá relajándose un poco – ahora dime qué ha sucedido en mi ausencia, ¿Hashirama ya lo sabe? – la muchacha tembló no sabía cómo su señora reaccionaría ante el fracaso de su misión – ¡Habla mujer! – la mujer se sobresaltó –.

— B-bueno – tartamudeo – el sobre no llegó a las manos del hokage – agacho la cabeza con temor  – lo si-siento Mito Sama…

— Azumi mírame – dijo seriamente, la muchacha con cierto temor levantó la cabeza – ¿Qué sucedió exactamente? – la mirada de la mujer reflejaba miedo y pánico –.

Azumi le temía a su superior, si superior, ya que ella le servía casi como una esclava, – ya que eso era, pero a los ojos de la gente fuera del clan era una simple sirvienta – ella y su familia estaban obligados a servir a los líderes del clan; sin errores, ni traiciones o si no su destino sería terrible.

Ésto es uno de los tantos secretos que tienen los Uzumakis, que quedaban a puerta cerrada.

— Bueno – inhala profundamente – cuando fui a dejar el sobre a la oficina de Hashirama me encontré con su hermano menor, Tobirama y me dijo que el hokage no estaba y no puede hacer más que irme de allí pero… – Mito frunció el entrecejo – el sobre lo perdí…

Mito sorprendentemente no se enojó es más sonrió satisfecha.

— Tranquilo muchacha – la mujer la miró sorprendida – esto es bueno, muy bueno – río satisfecha – ay, iré a la torre del hokage debo hablar con Hashirama.

***

— Madara Uchiha – el nombrado le dirige la mirada – fue un honor compartir esta junta con usted y muchas gracias por aceptar mi solicitud – reverencia –.

— Kenji Inusuka, no hay de que – dijo – y gracias por aceptar la alianza – el hombre sonrió – 

— Bueno ya debo retirarme, debo solucionar varias cosas, nos vemos, pase bien – se despide y se retira del lugar –.

Madara ya iba a la sala de reuniones ya que en estos momentos empezarían una reunión con el concejo, pero al voltear se encuentra con Hashirama el cuál por su mirada y expresión facial se notaba que estaba enfadado, más precisamente celoso.

— ¿Qué tanto hablabas con el líder del clan Inuzuka? –  su voz denotaba coraje, Madara solo rodó los ojos –.

— ¿A ti que te debe de importar Hashirama? – hablo en tono serio – ahora mismo deberías estar lidiando con los ancianos y no está diciéndome con quién hablar.

¿Por qué lo escondiste?// HashiMada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora