- Cap 16 -

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"Los mayores postres se comen a escondidas"

- Cada días estás más sensual - Madara detuvo sus gateos frente a él, tomó asiento muy cerca del Senju-

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- Cada días estás más sensual - Madara detuvo sus gateos frente a él, tomó asiento muy cerca del Senju-.

- Afortunadamente recupere mi físico después de mi embarazo, y creo, que este es mejor que el anterior - Hashirama inspeccionó el cuerpo de aquel, considerado por él, monumento intocable - ¡Hey! Arriba tengo la cara - chasqueó los dedos -.

- Es inevitable no admirar tu belleza - el azabache lo miró inexpresivo como si fuera alguien que no llegaba a reconocer o no recordaba - Jamás te gusto que alardee sobre ti, tu manera de ser, tu forma de tratar y sobre todo, tu cuerpo...

- Siempre fuiste muy cursi cuando me nombrabas... - ambos chocaron miradas - ¿No me odia?

- ¿Por qué lo haría? - Hashirama vaciló una sonrisa, el Uchiha lo miró abatido - Te lo dije antes, y lo vuelvo a repetir. Si me matas yo jamás te odiaría por ello, si me golpeas...

- si me golpeas yo jamás te guardaría rencor... ¿Por qué eres así, tan blando y pacifista? - rechista algo enfadado y confundido por la manera de tomar las cosas por parte del Senju -.

Madara jamás compartió la manera de ver el mundo por parte de Hashirama, compartían ideales, pero como todo lo bueno tienen sus contras. Siempre le recalcó que las personas aledañas a él abusaban de su buena y amable voluntad, y casi siempre tuvo la razón. Por ejemplo, y el más claro, su padre.

Ese ser, en paz descanse, siempre fue muy frívolo con Hashirama, él fue testigo de muchas cosas que le lastimaban y herían al castaño ya que Butsuma se lo causó.

Desde niños Hashirama tuvo muchos problemas en su salud física ya que era sobre exigente consigo mismo en su entrenamiento, antes y después de conocerse, él sentía que si no llegaba a ser más fuerte su padre no lo tomaría en cuenta, gran error al querer lograr eso...

Cada palabra lo lastimaba, cada reproche lo quemaba, cada golpe lo mataba...

- Por qué ya no sé decir "no", no me puedo negar a nada... - murmuró - Desde siempre estuve tratando de hacer feliz a alguien que no supo reconocerlo, me destruí con mis decisiones... Yo solo quería ver a mi padre feliz por mi y que me dijera "Estoy orgulloso de ti" - su rostro se nubló, Madara lo miró con lástima y tristeza -.

- Tu no... debes sentirte así - coloca detrás de la oreja, los mechones lacios del Senju para poder divisar su rostro - Él no supo valorar al gran hombre que procreó...

- No sabes cómo me arrepiento el haberte dejado y no estar contigo en tus peores momentos - Madara lo silencio -.

- De hecho, fue uno de mis peores momentos - corrigió - y si te perdiste tantas cosas en estos casi dos años... que a pesar de la tormenta me puede recuperar...

- Cuéntame... - su mirada está demasiado apagada y su voz parecían lamentos -.

- Obito, fue lo mejor que me pudo pasar en estos años, es mi ángel, mi pequeño, mi bebé... nació el 10 de febrero, mismo día que Izuna. Lo nege apenas nació - su mirada se apagó de un momento a otro - pero me arme de valor y mandé a verlo - sonrió con melancolía - ese momento en que me lo dieron y lo ví me sentí el ser más feliz de esta vida, ese hermoso momento lo tengo marcado tan bien que me parece mentira que tenga ya un año y ahora casi dos...

¿Por qué lo escondiste?// HashiMada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora