Bitácora de Capitán [ 12 ]

32 9 300
                                    

DARELIS

-Ese albino idiota -me quejé yo mientras Scott habría una de las cajas que el mismo heredero había traído hasta cubierta.

-No le des importancia, es solo un niño. -habló Jeremías y yo tomé uno de los cuadernos viejos de la caja para poder ojearlo.

-Tampoco le llevamos muchos años, Scott -lo miré-Le llevo dos y tú algunos cuatro o cinco -él se encogió de hombros y continuó buscando.

-Sólo es un príncipe arrogante que jura ser superior a todos nosotros por ser el hijo de ese bastardo -agregó él y yo asentí dándole la razón.

-Odio a Stephen y al idiota de su hijo, junto a la muda que tiene de hermana. -solté molesta, pero en realidad aún no tenía nada en contra de la pequeña Isabella.

-Sólo no los tomes en cuenta, no es necesario hacer lazos con ellos si después de todo, matarás a su padre -dijo pasándome un cuaderno con tapa dura y bastante desgastada -Ten, creo que es este el diario que estás buscando...

Yo lo tomé dejando a un lado el otro que tenía en mis manos, y con el corazón casi en la garganta al tomar el diario de mi difunto padre, sentí un pequeño escalofrío recorrer por todo mi cuerpo. Y al abrirlo, no cabía duda de que eran los escritos de aquel hombre al que tanto amaba después de buscar el mismo tesoro por el cuál yo estaba dispuesta a arriesgar mi vida.

-Esto es increíble -murmuré al ojear las paginas con las narraciones de mi padre, a pesar de que estas tenían un color amarillento y más de alguna página había sido arrancada- Nos servirá leer las bitácoras de mi padre para tener ventaja ante las pruebas del océano.

Jeremías se acercó a mi para ver el diario y yo le mostré el dibujo de un kraken.

-Tenemos que pensar en alguna manera de evitar la destrucción de mi barco. Y superar la prueba sin que Aataroth nos mate a todos nosotros-expliqué, él leyó la página pensativo.

-Bueno, tu padre tiene la clave para superarlo -habló él y me miró, yo hice una expresión confusa- Sé que antes de embarcarnos rumbo a Mirabillia estudiamos el mapa que podía trazar la ruta exacta para las pruebas del océano. Y tuvimos en cuenta el infierno de Astaroth.

Yo asentí mientras le escuchaba con atención.

-En el mapa no podemos ver lo que tu padre anotó aqui, que está en medio de este lugar -explicó -Porque es una prueba, no aparece en el mapa, no aparecerá en ningún lado...

-Tienes toda la razón -dije mirándolo a él después de leer rápidamente lo que mi padre había escrito -La isla de Astaroth. No es un infierno, ¡es una isla! -dije mientras una sonrisa de victoria se formaba en mi rostro- Cuando lleguemos a ese lugar, debemos tener ya planificado todo lo que haremos.

-Sólo hay que amarrar al príncipe como carnada -sugirió él como burla y yo solté una carcajada.

-Ni el gran Astaroth soportaría a ese albino tan terco y competitivo -solté yo.

-¿Y si quiere hacerse el héroe contigo otra vez? -preguntó él y yo negué mientras sonreía.

-¿Y ganarle a un pulpo gigante? Orion es un príncipe, no un héroe de alguna historia de fantasía. Antes de que estemos en el territorio de Astaroth, me aseguraré de bajar al albino de su maldita nube, te lo aseguro.

Scott rio mirando a otro lado y yo dejé el diario sobre mi mesa.

-¿Vas a enamorarlo para que esté de tu lado cuando enfrentes al rey? -me preguntó él.

-¿Eso crees? -pregunté dándome la vuelta para mirarlo, él me miró de arriba abajo y yo rodé los ojos- No necesito enamorarlo para ponerlo de mi lado, ya verás.

La Venganza De GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora