ORION
¿Qué era exactamente lo que esta mujer tenía, que podía hacerme sentir tan nervioso con nada más mirarme a los ojos?
No era lo muy hermosa y atractiva que ella me parecía, porque claro, no podía negarlo aunque quisiera odiarla, pero, no era nada más eso lo que me tenía inexplicablemente atrapado en ella. Darelis Gallagher era diferente, pero no en el mal sentido, si no más bien, su personalidad era increíble, su carácter fuerte e indestructible le hacía ver como una mujer tan poderosa capaz de hacer lo que ella quisiese, y su competitividad era atractiva.
El hecho de que ella pudiese hacerme frente como si fuésemos dos personas de la misma clase social; a ella no le importaba en lo más mínimo, y aquello me hacía perder la cordura. A pesar de todas las diferencias que había entre los dos, yo no era capaz de quitar mis ojos de ella a pesar de que quisiera. Quería negar que odiaba lo mucho que ella estaba peleando conmigo todo el tiempo, pero en realidad era todo lo contrario, me encantaba.
Cuando ella simplemente estaba en la proa dando ordenes a sus tripulantes, con nada más una sonrisa que ella les regalase podía lograr hacerme sentir cosquillas que revoloteaban por todo mi cuerpo. Ojalá pudiese encontrar la forma en la que podría explicar todo lo que esa mujer provocaba en mi cabeza, porque tenía todos mis pensamientos desordenados, incluyendo los cuales debían ser los más primordiales para mí.
Pero mi padre no me había enseñado así, a diferencia de todos los que caían por esa mujer, yo no podía permitirme algo como eso. Yo debía mantenerme siempre firme ante la presencia de un pirata y sabía qué debía hacer con ellos; asesinarlos por el bien de Mirabillia. Y sabía que Darelis Gallagher era alguien a quien mi padre y la mayoría de los reinos odiaban por completo, porque ella era un dolor de cabeza, imposible de capturar e imposible de destruirla aunque tuvieran las armas más increíbles de todo el reino.
Ella era capaz de destruirme a mi sin la necesidad de usar ningún tipo de arma para hacerlo. Si ella volvía a besarme, definitivamente dejaría todo por ella, incluyendo a todo el reino.
—Estás hablando estupideces. —habló ella rodando los ojos para comenzar a caminar.
Huyendo. Ella siempre huye de esto.
—No son estupideces, estoy hablando completamente en serio.
Dije yo, caminando detrás de ella; la cual ni si quiera me dijo algo más para entrar en silencio a su despacho, pero yo no dejaría la conversación así. Por lo que entré detrás de ella y cerré su puerta.
—¿Qué crees que estás haciendo? —me preguntó ella apenas se percató de mi acción.
—¿Por qué siempre huyes de la conversación? —pregunté acercándome a ella de la misma manera, centrado en sus ojos.
—No estoy huyendo, mucho menos de ti Le'Grant. —respondió frunciendo el ceño, y hasta de esa manera me hacía perder el control.
—Siempre dejas de responderme cuando un tema como este sale entre los dos, ¿Por qué? —pregunté y ella negó.
—Yo no hago eso. —Se defendió, pero claro que lo hacía.
—Lo haces, siempre estás evitándome. —reclamé.
—Oh, ¿es eso lo que te afecta albino? ¿No tener mi atención? —preguntó con aquel tono irónico que quizás el primer día me habría enfurecido por completo, pero ahora nada más me generó un revoltijo de emociones.
—A mi me da exactamente igual si tengo o no tú atención. —respondí yo para defenderme, pero si ni yo mismo era capaz de creer eso, ¿Cómo ella podría?
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La Venganza De Gallagher
FantasíaSobrevive o muere. El océano protege un poder que no cualquiera es digno de poseer. Sólo quien logre atravesar las pruebas del mar, podrá encontrar "La Visión". Darelis está dispuesta a conseguir aquel tesoro con tal de vengarse del rey. Pero cuando...