Hasta que el cuerpo aguante [ 29 ]

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RONALD

Durante la madrugada, las personas que aún estaban lo suficientemente borrachas como para detener la fiesta en aquel momento, continuaron bailando y cantando a pesar del espectáculo que mi hermana y el resto de sus tripulantes habían dado. Al parecer para ellos no había sido una novedad el actuar de Darelis, pero para Isabella y para mí, si que lo había sido. Yo era consciente de que mi hermana no era la mujer más buena del mundo, pero tampoco mataba sin tener una razón; a menos de que fueran personas que trabajaban para el Rey.

Por lo que estaba completamente seguro que la razón por la que ella había matado a uno de los nuevos era porque se lo merecía.

Al momento de levantarme de mi cama, busqué con la mirada a Isabella quien estaba plácidamente durmiendo en otra de estas, por lo que decidí no molestarla y subir a la cubierta para poder buscar a mi hermana. Aunque, lugar al que caminaba, todos hablaban de lo que había ocurrido la noche anterior, oía rumores y cosas tan absurdas que de haber podido darle un buen golpe en la cara a Jayce; uno de los nuevos, lo habría hecho.

—Como era de esperarse, si estás provocando de esa manera a los hombres, entonces no puede culparlos. —escuché decir a Valerie mientras conversaba con Jeremías y otro de los nuevos, quien tenía el ojo morado y un montón de marcas por todo el rostro.

—Todos sabemos que ella tuvo la culpa de que algo como eso le ocurriese. —habló Scott.

¿Estas eran la clase de personas en las que mi hermana depositaba su confianza?

—¿Disculpa?

Hablé yo poniéndome justo a un lado de ellos, ya no podía soportar quedarme callado mientras "los grandes hablaban". Mientras los grandes le estuviesen faltando el respeto a mi hermana, no veía el problema de que yo no pudiese faltárselos a ellos también.

—Es el niño zanahoria. —habló Smith y yo fruncí el ceño, ¿por qué intentaba hacerse la chica buena conmigo?

—No puedo creer que ustedes estén hablando esas cosas acerca de mi hermana. —agregué.

—¿Qué cosas? Nada más estamos comentando lo que sucedió. —dijo Scott.

—¿Qué mi hermana estaba provocando a los hombres del barco?

Pregunté yo muy enfadado.

—Claro, es lo que siempre hace. —dijo Valerie— No te hagas el tonto Ronald, es tu hermana, tú sabes como es.

—Por supuesto que sé como ella es. Y estoy seguro de que ni, aunque ella estuviese prácticamente desnuda por la cubierta, eso no le daría el derecho a ninguno de ustedes de aprovecharse de ella. —hablé haciendo notar todo el enojo que sentía al oír las estupideces que hablaban.

—Mira Ronald, entiendo que tú no te das cuenta de algunas cosas porque eres solo un niño aún. —me dijo Scott, pero yo lo interrumpí antes de que continuase hablando.

—Y ustedes ya son adultos que deberían tener un poco más de conciencia. Darelis no es un objeto el cual ustedes pueden poseer, ni mucho menos "usar". Es su Capitana y créanme que en cuanto ella se entere de lo que han estado hablando, acabará con ustedes.

Les amenacé, a lo que ellos se miraron entre sí.

—Aunque tu hermana esté completamente enfadada con nosotros, no nos hará nada. ¿Sabes por qué? —preguntó Valerie y yo miré a otro lado, sabía a lo que se refería. —Ella nos necesita. Sabe que, sin nosotros, tendrá que olvidarse de la visión.

—Espero que después de esto, ella finalmente se deshaga de ustedes.

Entonces ellos rieron sin darle importancia a mis palabras.

La Venganza De GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora