Capítulo 3

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Llegó el sábado y faltaban tan solo dos días para el súper clásico, yo no podía más de los nervios. Para que se me pase más rápido el tiempo había quedado con Clari para salir a Bayside, un boliche de Buenos Aires.

- Porfa préstame el top de brillos plateados - le dije a Clari por teléfono.
- Bueno amiga te lo llevo, y yo quiero tus texanas - respondió ella.
- Si obvio, ¿En cuánto venís?
- Calcula media horita.
- Te espero - dije y colgué el teléfono.

Subí a mi habitación a buscar el jean de Kosiuko con brillos que me había comprado un par de días atrás y me empecé a probar cosas en caso de que Clari, que suele ser muy colgada, se olvide el top que le había pedido.

Escuché sonar el timbre y bajé corriendo a abrirle a mi amiga.

- Acá tenés - extendió su brazo hacia mi y me dio una bolsa que adentro tenía el top con brillos que a mi me volvía loca.
- Te amo.
- Yo más - nos abrazamos y luego subimos a mi habitación.

Clari se puso mis texanas combinadas con un short negro y un top dorado, estaba diosa. Y yo, por el contrario, estaba con el jean negro y el top plateado.

- ¿Cuándo salen las fotos con Julián? - me preguntó, yo ya le había contado todo lo que había pasado.
- Hoy creo - le dije y agarré mi celular para fijarme si ya estaban - ¡Ay mira! ¡Salieron!
- A ver - me dijo mientras me sacaba el celular de las manos para ver las fotos - wow.
- No me toques, soy una celebridad - dije jodiendo y nos reímos - ¿Cómo vamos?
- Nos busca Gonzi.
- Genial.

Gonzalo llegó a eso de las 11 y fuimos directo para el boliche. La noche sinceramente se me pasó algo lenta, no tenía tantas ganas de salir, solo pensaba en el súper clásico.

Fui a buscar a Gonzi para irnos pero se estaba comiendo a una minita, típico de el. Así que fui por Clari y también estaba con un chabon. Decidí pedirme un Uber y volver sola a casa, obvio antes les escribí a los chicos para avisarles que me iba.

El Uber me dejó en mi casa aproximadamente a las 3 de la mañana, subí y me fui a dormir.

Al otro día agarré mi celular y mi Instagram explotaba de nuevas solicitudes y no entendía mucho porque hasta que recordé que habían subido las fotos que hice con Juli y, cuando estaba pasando historias, vi que él había subido una de las fotos y me etiquetó.

- Ah claro, por eso explotan mis seguidores - pensé.

Almorcé sola en casa una ensalada que contenía choclo, palta, tomates y lechuga con un poco de mostaza dulce y acceto.

Necesitaba hacer algo para matar al tiempo porque al otro día era el famoso partido así que seguí viendo Merlina hasta que se hicieron las 6 de la tarde y llegó mamá a casa con unas masitas.

- Hija, toma - me apoyó las masitas en la mesa y me dio un beso en la frente - papá ya está en el aeropuerto y yo me atrasé, me tengo que ir ya.
- Bueno ma, buen viaje. Llegan a ver el partido?
- Obvio - dijo algo apurada a las corridas y me dio un abrazo - cuídate.
- Te amo.

Mamá se fue y unos minutos después llegó Delfi.

- Hola bebé - dijo mientras cerraba la puerta de entrada.
- ¿Qué haces reina?
- Todo bien, emocionada por el partido de mañana.
- ¿Por el partido o por Julián? - pregunté levantando una ceja.
- Ambas.

Nos quedamos charlando un rato y me dijo que ella se quería conseguir a Enzo. Ambas nos reímos. Ninguna de las dos iba a llegar a estar con ellos.

- Dicen qué hay que soñar en grande - me dijo Delfi riéndose.
- En grande, no en imposible.

Pedimos sushi para cenar y lo acompañamos viendo una peli nueva, "Glass Onion". Y obvio la acompañamos con un kilo de helado.

Estuvimos charlando y riéndonos hasta las 5 de la mañana hasta que nos dio sueño y nos metimos en la cama para dormir.

- ¡Buen día belleza! - me despertó Delfi y tenía ganas de matarla de una cachetada.
- Pendeja de mierda ándate de acá.
- Hoy es el gran día bebé, no te olvides.

Uf si, era el gran gran gran día. El día más esperado por cualquier fanático del fútbol. El día en el que todo podía ser felicidad o tristeza dependiendo de los resultados.

El partido empezaba a las 6 de la tarde así que quedamos en salir a eso de las 4 pero previo a esto fuimos a almorzar a Kansas.

- ¿Qué van a querer? - nos preguntó la moza mientras sacaba su libretita para ordenar.
- Te voy pidiendo una limonada frozen con menta y jengibre, los platos te los decimos después - respondí a la moza mientras leía la carta.
- Que sean 2 por favor - agregó Delfi.
- Genial, en unos minutos regreso con sus limonadas.
- Gracias - dijimos Delfi y yo a modo de coro.

Terminamos de almorzar a las 3:30, estábamos muy justas con el tiempo. Por suerte mi casa quedaba a unas pocas cuadras así que fuimos caminando. Me puse mi remera de boquita y un piloso amarillo y azul, los mejores colores, y fuimos en Cabify hasta la bombonera.

- Qué lindo que es volver - le dije a Delfi que entiende entre poco y nada del fútbol.
- Ah si, como digas - ambas nos reímos.

Empezó el primer tiempo. El partido estaba muy peleado. Estaba mirando súper atenta y cantando al mismo tiempo. Villa tiene la pelota. Amaga a Juli Álvarez y corre solo toda la cancha. Queda enfrentado a Armani. Gol de Villa.

- ¡Te amo Villa! - grité desde el palco.
- ¿Villa? ¿Así se llama? - Delfina me ponía nerviosa.
- Callate, última vez que venis a la cancha conmigo.
- ¿Ese no es tu novio? - miré para adelante y era la araña con la pelota, sabía que iba a terminar en gol - la re puta madre, cobraron penal.

El penal lo había conseguido Julián y lo pateaba Montiel. Gol de Montiel. Pocos minutos después finalizó el partido.

- Empatamos y la concha de la lora - dije con bronca.
- Amiga cabeza arriba, vamos a ver a Julián!

No se si me ponía de buen o mal humor ver a un gallina ahora bah mejor dicho un jugador de river, peor.

Bajé con Delfi para el lado de los vestuarios visitantes y le di la tarjeta al de seguridad, la que me había dado Juli.

- ¿Nombre? - me preguntó el señor mientras revisaba la tarjeta.
- Juli - respondí yo - Juliana.
- Pasen chicas.

Con Delfi pasamos y nos cruzamos a Enzo, Montiel y Centurión. A Montiel lo mire con tanto odio. Estaba buscando a Julián y no lo encontraba pero no me daba como para pasar a los vestuarios, así que me di vuelta para irme.

Un amor inesperado - Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora