La Guía de Blue

9. La guía de Blue

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Esa mañana cuando entró al comedor, tres pares de ojos lo observaban atentamente. Alzó las cejas pero no preguntó, algo le decía que no le gustaría escuchar lo que estaba pasando, así prefirió actuar con normalidad, dando los buenos días por turnos, besando la mejilla de sus rubios.

Se deslizó en uno de los taburetes justo cuando Cole dejaba frente a él un plato con huevos revueltos y...

—¡Hashbrowns Delaney! — sintió que la boca se le hacía agua. Los hashbrowns eran trocitos de patata sazonados y fritos, muy ricos. Pero la receta de Cole incluía tocino, algo de queso parmesano y perejil fresco picado por encima. Ese olor podía volver loco de satisfacción a cualquiera—. No es por nada pero ¿qué celebramos?

—Nada— Cole se encogió de hombros—. Es solo para suavizar la charla que los gemelos del mal quieren darte.

—¡Oye!— Nina le lanzó una servilleta de papel hecha bola, pero estaba sonriendo—. Se supone que ibamos a tener una charla sorpresa. Gracias por darle la oportunidad de salir corriendo.

—Yo no huyo de las charlas — se quejó Blue alcanzando su tenedor y la salsa dulce.

—Dios, eres aún más malvado que los gemelos— Cole le estaba dando una mirada horrorizada—. Sigo sin entender que clase de ser humano le pone salsa dulce a los hashbrowns.

—El mismo que de un día para otro se convierte en un cachorro necesitado— dijo Nate desde el otro extremo de la mesa. Y eso eliminó el ambiente bromista de tajo. Blue no pudo evitar encongerse un poco ante el comentario tan mordaz.

—Nathan— Nina tenía los ojos bien abiertos por la sorpresa. No era usual escuchar a su gemelo decir cosas en ese tono desdeñoso.

—¿Cuál es tu maldito problema? — Cole estrelló una de sus manos sobre la mesada—. Has sido esta pequeña perra desde que Blue y yo volvimos. Y anoche fuiste especialmente desagradable en la cafetería con el amigo de Blue.

—Ese tipo ni siquiera es su amigo. Ni siquiera quiere a Blue cerca— Nate rodó los ojos. —¿Acaso fui el único en notar lo desagradable que estaba siendo con él ayer?  Por favor, están siendo ridículos. Y tú, Blue, en serio, supéralo. Un tipo no se quiso meter en tus pantalones, tampoco es motivo para que te comportes como si quisieras rogar. Solo tirate a alguien más y ya. Es lo que haces siempre.

Y con eso, Nate recogió sus libros y se marchó, sin haber tocado el plato del desyuno. Blue y los demás se quedaron sin saber que decir por varios minutos. Era un poco  desconcertante esa actitud por parte de su primo. Por lo general él no era así, tan cínico. Tan explosivo.

Blue se removió en su lugar, bastante inquieto. Preocupado por Nate, pero también por sus palabras. Dolieron, más de lo que deberían. Sobre todo por la noche anterior cuando se habían topado con River Ford y su compañera en Central Coffee. Fue un encuentro inesperado, como ya parecía estarse haciendo costumbre. Con la diferencia que después de la vez que se vieron en el refugio, en dónde River estuvo a punto de besar a Blue antes de salir corriendo como si alguien hubiera prendido fuego en su trasero, la noche anterior en la cafetería fue tan incómoda.

Trató de ser amable. Pero entre la actitud cerrada de River y el extraño mal humor de Nate, fue la mezcla perfecta para que se creara un ambiente extraño. No había querido hablar del tema, ni siquiera con Cole cuando volvían a casa. Así que la noche que esperaba pasar con sus primos y su mejor amigo, relajándose, poniéndose al corriente luego de varios días de apenas verse antes de que cada uno siguiera su camino, se convirtió en algo extraño y torpe. Incluso su papá se había dado cuenta de eso.