24. Paso 7: Recuérdale que te quedarás en las buenas y en las malas

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No quería abrir los ojos. Sabía que quizá era momento de levantarse y empezar con el día. Era solo que después de como habían terminado las cosas el día anterior, no quería pensar. Y la manera de no pensar era seguir durmiendo, ¿verdad?

En el fondo sabía que ese era un pensamiento peligroso. Esconderse bajo las mantas en la cama de Blue no era la solución. Tenía que enfrentar lo que estaba pasando. Era solo que entre la amenaza del pirómano que se había ensañado con él, el acoso de Demian y la baja médica obligatoria, River no tenía idea de qué hacer. El estrés se estaba apoderando de él y eso era peligroso.

El día anterior luego de enseñarle la nota al padre de Blue, habían llamado a la policía. River tuvo que explicarle lo que sucedió y luego los oficiales procedieron a revisar las cámaras de seguridad del negocio; la cara del tipo no era visible en ninguna de ellas. De hecho, parecía saber muy bien en dónde había puntos ciegos para evitar que mostrar una toma de frente que pudiera dar la oportunidad para que se usara hasta el último recurso para descifrar los rasgos que se escondían tras las gafas de sol y la capucha del hoodie.

Peor aún, las cámaras mostraron que el tipo entró solo un para de minutos después de que River ingresara a la cafetería, lo que solo podía significar una cosa: había estado siguiéndolo. Y eso lo llevaba a preguntarse si acaso el tipo sabía que se estaba quedando con Blue.

El edificio de apartamentos contaba con muchas medidas de seguridad, mas eso no lo volvía infalible. Aquel tipo ya había demostrado que era bueno pasando desapercibido. Y eso solo aumentaba la inquietud, la casi ansiedad que inundaba a River.

James Bonnet-Cross le había dicho que no se martirizara por algo que no era su culpa y que no se preocupara por la nota y la amenaza. Tal vez el tipo solo estaba faroleando, para asustarlo, para ponerlo paranoico. Pues si ese era su cometido, lo había conseguido con éxito. Porque River estaba enloqueciendo; para no ir tan lejos, no había podido pegar ojo en toda la noche porque no dejaba de imaginar lo que pasaría si la cafetería en verdad se convertía en un blanco.

¿Con qué cara se presentaría ahora ante Blue sabiendo que por su culpa, la cafetería y su padre corrían riesgo?

De hecho, la noche anterior, luego de ignorar varias llamadas, Blue le envió un mensaje que decía: "habla conmigo, por favor". Pero no pudo, se limitó a enviar un: " ahora no puedo. Necesito ordenar mis pensamientos". El chico no había insistido después de eso y River se sentía fatal.

También estaba emocionalmente agotado. Así que por eso estaba metido en la cama, cerca de medio día, ignorando al mundo aún cuando no debería hacerlo. Y después de darle vueltas a lo mismo, una y otra vez, su mente por fin agotó lo suficiente como para desconectaese, haciéndole caer en un sueño ligero.

De todos modos bastó para que se perdiera el momento en que la puerta de la habitación se abrió y alguien se deslizó dentro, con movimientos cuidadosos y medidos para evitar hacer demasiada ruido. Siguió durmiendo incluso cuando un cálido cuerpo se recostó a su lado y dedos suaves acariciaron su mejilla.

En la incosciencia, su cuerpo buscó el calor que aquel cuerpo proporcionaba, rodando sobre su costado para acercarse un poco más. Las suaves caricias bajaron a su mandíbula, siguiendo hasta su cuello y luego hacia su nuca. Fue entonces que empezó a ser consciente de que ya no estaba solo.

Dio un respingo, parpadeando para alejar el sopor al tiempo que hacía ademán de levantarse, pero entonces una mano presionó contra su pecho.

—Está bien, soy solo yo— dijo una voz que conocía bien. Su tono era bajo y pretendía ser tranquilizador.

La Guía de BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora