Capítulo 7

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-Ya vienen -Itachi levantó una ceja, "ninja censor" -¿recuerdas lo que te dije sobre ellos? -el rubio asintió, un clon de sangre del rubio apareció dentro de la celda, el azabache creó otro clon de él, desaparecieron dejando a los clones a la vista -Uchiha -el azabache clon giró, desde la esquina del techo el Uchiha los veía con sigilo y cuidado -¿dónde está Kisame? -el azabache los vio con su rostro estoico -salió a tomar aire a un pueblo a cinco kilómetros de aquí -kakuzo asintió -¿no te cansas de ser tan malditamente bastardo?, ¿te sientes más que el resto maldito Uchiha? -el Itachi clon vio con seriedad a Hidan, lo ignoró -alcanzaré a Kisame -el anciano asintió, lo vió salir -¿por qué demonios me ignoras bastardo hijo de puta? -kakuzo vio mal a Hidan -compórtate maldito infantil, tenemos trabajo- Hidan vio al jinchuriki en la jaula -¿esta maldita cosita es el jinchuriki del gran kyubi no Yoko? -el rubio se burló desde su posición -algo no anda bien -kakuzo avanzó, pero fue Hidan quien llegó a la jaula, comenzó a golpearla -despiértate imbécil, ya llegamos idiota-

El pequeño en la jaula usó la manta para cubrirse, Kakuzu estaba por darse la vuelta cuando sintió un frío recorrer su cuerpo, bajó el rostro, una docena de cadenas atravesaban su torso y pecho, sangre salió de sus labios, una última cadena atravesó su boca por la nuca, todos sus corazones fueron destruidos. Hidan golpeaba la jaula con su guadaña como loco haciendo demasiado ruido, así que no escuchó el ataque a Kakuzu -idiota, hazme caso hijo de puta, no puedes ignorarme toda la vida bastardo, cuando te saquemos la maldita bestia te ofreceré a Jashin -el pequeño levantó su dedo meñique, rascó su oreja con fastidio -eres un idiota -Hidan puso sus ojos en blanco bastante transtornado y molesto por ser menospreciado e ignorado -ven aquí y dímelo en la cara hijo de puta, te usaré en un maldito ritual -amaterasu -el Jashinista volteó al sentir el calor del fuego -aaaaaahhh -abrió sus ojos con terror al ver a kakuzu agonizando lentamente -malditooosss, fue una maldita trampa -el rubio tomó la gran guadaña que cayó de las manos de Hidan, la baño en chakra, el Akatsuki rodaba en el suelo tratando de apagar el fuego, pero no funcionaba.

Naruto bajo la guadaña con fuerza cortando el cuerpo del inmortal a la mitad, sonrió con diversión -dijiste que viniera a ti y te lo dijera en la cara ¿no es así? -el rubio lo veía con una sonrisa divertida llena de sorna -idiota -levantó la guadaña nuevamente, cortó su cabeza haciéndola rodar en el piso mientras el cuerpo se consumía  -hijo de perra, sigo vivo, no puedo morir -el amaterasu se extendió por el suelo a la cabeza, en un movimiento del mangekyou del Uchiha quien caía del techo con elegancia -aaaaaahhh duele como el infierno desgraciados aaaaahhhh maldito marica traidor-

Itachi levantó una ceja con duda por el insulto, las llamas crecieron deshaciendo la piel del Jashinista, al final uno de sus ojos explotó por el calor y su boca dejó de emitir sonido -no eran tan inmortales ¿verdad? -Itachi negó con una casi imperceptible sonrisa, el azabache incendió el cuerpo de Kakuzu del mismo modo, ambos esperaron a que el fuego borrará la evidencia.

El ojo de Itachi sangraba bastante, Naruto lo observó, se dirigió al baño, salió nuevamente con una toalla humedecida, se acercó al Uchiha, limpió su rostro con cuidado desconcertando al azabache que lo observaba con sorpresa, un poco perdido en sus movimientos -¿te duele? -Itachi no dejaba de observar, parpadeó en distintas ocasiones para calmar el dolor, asintió levemente. El rubio limpiaba con cuidado siendo atento con el mayor -vayámonos de aquí -el azabache estuvo de acuerdo, ambos corrían con velocidad ocultando sus chakras.

Dos horas después se encontraban en una aldea cerca de la lluvia, aproximadamente a dos horas del lugar, llovía bastante, antes de entrar en la aldea Itachi sacó su capa y anillo, invocó a un cuervo, lo mandó del otro lado del territorio ninja con sus cosas a desaparecerlas en la lava del lugar, más allá de la nube.

Naruto lo observó con el filo de su mirada quitarse la capa y el anillo, no podía evitar fijarse que era un hombre hermoso, regresó su vista al frente algo avergonzado mientras seguían avanzando, ambos entraron a un hotel, el azabache había tomado el dinero de Kakuzu, ya no le iba a funcionar muerto, era bastante como para vivir tranquilamente una familia entera por algunas generaciones con tranquilidad. El pequeño invocó a un sapo al llegar a la habitación -dile a la abuela que Kisame de kiri, kakuzu y Hidan los inmortales, ya no existen -el sapo asintió, desapareció.

Mi vida te pertenece (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora