~Köhle~

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Me acerqué a el misterioso hombre sin que se diera cuenta, no quería asustarlo, por lo  que le susurré con un tono calmado;
-Su obra me parece muy interesante- afirmé
Se giró sorprendido
-Oh, no me había dado cuenta de que estabas aquí- contestó levantándose
Le sonreí y extendí mi mano, en forma de saludo.
- Me presento, yo soy Lilith Targaryen-declaré
-Kohle, encantado- dijo
-Sabes, yo también suelo pintar, ese es uno de los motivos por los que estoy aquí. Quería conocer a la persona que estaba creando esto.-dije señalando su obra
Tras un apretón de manos amistoso y unas presentaciones rápidas, me aventuré a hacer la pregunta que tanto me carcomía.
-¿Qué es lo que estás pintando?- dije curiosa
-No, va así. Yo no decido el final de mis obras, simplemente me dejo llevar.- comentó
-Eso es bastante interesante, al fin y al cabo se podría decir que el arte es así.- añadí
-¿Quieres unirte?- preguntó de pronto
Me pareció extraño, a pesar de que Kohle fuera bastante bohemio, yo nunca hubiera ofrecido a alguien colaborar en uno de mis cuadros. Mucho menos en uno que ni sabía cómo iba a acabar, en cambio no había un ápice de duda en sus palabras.
-Oh, muchas gracias, pero no puedo aceptar.-dije declinando su chocante oferta
-Entiendo- contestó sin sentirse ofendido
Nos despedimos, fue un encuentro interesante, el cual resolvió una pequeña duda así mismo creándome un millón de preguntas más.
Un amigo más,no obstante la soledad seguía acechante, sin embargo yo cada vez me sentía más fuerte para combatirla. Ya tenía más compañía, pronto sería madre, Zagreo fue quien me mantuvo con vida y yo moriría con tal de darle la vida que merecía. Era mi pequeño milagro, miles de recuerdos se encontraban en su pequeño cuerpo, su presencia hacía insignificante todo el dolor del pasado. Pero el vacío me perseguía, cuanto más trataba de evitarlo más se me acercaba, era casi imposible esquivarlo y ya ni hablar de combatirlo. Ese día, el vacío me encontró, en un pasillo del castillo, acompañado de la soledad, era una imagen tan bella que ardía mi corazón, no por amor, sino por pena.
Nunca pensé que me fuera a doler tanto que alguien ignorase mi presencia, en desembarco del rey me habitué a ello, era la tercera hija y mujer, no se puede decir que fuera muy relevante en el linaje.
Observé cómo se alejaba sin reparar en mi presencia, sin importarle, con tal frialdad que mi aliento se heló, vi a una Nesha que nunca quise dañar, a quien amé y dije adiós sin querer verla partir. Volví a mi alcoba, reparé en el cuadro de mi amado, Helio, es cierto que no lo quise como marido pero lo acabé amando con todo mi ser. Recuerdos cruzaron mi mente, nuestro gran día, la boda, donde me fui con una extraña, el día que traté de devolverle la vida, cuando ella me salvó. Pasé mi mano por mi vientre, mi querido Zagreo, debía protegerle de ese dolor. Tras ese desgarrador encuentro, traté de dormir, con miedo de lo que este mundo roto podría hacer a mi bebé y con la amarga memoria del pasado.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2023 ⏰

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