~Sala de Torturas~

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Aunque no le gusto lo que oyó, llamó a unos hombres y nos llevaron hacia el Septo, decidí en el camino fingir que me desmayaba opara ver qué era lo que nos iban a hacer, ser testigo y si era necesario luchar.  Mi herida dolía demasiado y me costaba mantener la consciencia, ví con los ojos entrecerrados como me llevaban a una especie de sala, en la que estaba encerrado el Apparat la última vez que lo visité. Era una sala de torturas, ya lo empecé a dar todo por perdido, A Helio no le llevaron conmigo. Entonces el Apparat llamó a un joven, pidiéndole algo, cerré los ojos y no ví lo que era. Pero lo noté, una mano pasó sobre mi corte en el pecho, con un ungüento realmente frío, pude sentir una mejoría. Me encontraba mejor, el dolor no era tan agudo pero estaba realmente cansada. Entonces escuché:
¿Y el bebé? ¿Está bien?- preguntó el joven
Tráeme ….- contestó el Apparat en un susurro
No alcancé a oír lo último, pero al poco tiempo sentí las manos del Apparat en mi vientre, untaba una pomada, transmitía calor, y sentí como ese calor se expandía por todo mi cuerpo.
El niño está bien- dijo el Apparat- Podrá cumplir la profecía- concluyó
Entonces supe que no podría abortar, el Apparat se aseguraría de que me fuera imposible.
No pude más y me desmayé.
Me desperté descolocada, para mi sorpresa, estaba en mi alcoba. No sabía cuánto tiempo había pasado ni qué hacía allí. Pasé mi mano por el corte que me hicieron los sicarios, no había herida, ni cicatriz. Me levanté rápidamente y me miré en el espejo, encontrándome con la Lilith de siempre, mis ojos ámbar, cabello largo platino, mis colmillos sobresalientes y mi lengua viperina continuaban ahí, consecuencias de mi magia. Pero ni rastro de la pelea, sabía con certeza que tendría que tener una cicatriz por el corte y moratones por la lucha, el Apparat había usado su magia para arreglarlo. Entonces lo ví, en mi vientre, un tatuaje circular con detalles y formas en su interior. Me puse lo primero que cogí, eso me daba la certeza de que todo esto no era un mal sueño. Salí de la sala encontrando a un Helio preocupado, al verlo casi rompí a llorar, me fijé en sus brazos y mis sospechas se confirmaron. Llevaba unos guantes cubriendolos, tapando sus marcas blancas, me abrazó cubriéndome con sus fuertes brazos, con él me sentía segura. No lo querría como a un marido pero lo era todo para mí, era mi mejor amigo, confiaba en él y me había portado fatal con él.
¿Estáis bien?-preguntó
-Nos atacaron y el Apparat nos recogió. Zagreo está bien, pero.. mis cicatrices no están.-contesté
Pareció aliviado y no se sorprendió, entonces le mostré el tatuaje;
-No lo tenía, hoy me he levantado y estaba ahí- comenté
Me miró atormentado y se fijó mejor en mí,  dándose cuenta de mis colmillos y lengua.
Fuera de sí comenzó a decir
-¡Esto no puede ser! ¡Ya estoy HARTO!- gritaba dando vueltas agitado
Estaba abatida ya no sabía qué hacer.
-Voy a acabar con todo esto- concluyó yéndose cabreado
Alguien llamó a mi puerta, era Louis quería que me reuniera con ellos, para hablar de lo ocurrido. Me llevó a una sala de reuniones donde Ignis y Apolo aguardaban, me disculpé por el incidente y por haberle mencionado su despido al Apparat en un momento tan inoportuno.
Dejándole claro que estaba desubicada, Apolo serio me recordó la importancia que tenía el Apparat sobre el pueblo. Yo le dí la razón, le enseñé el tatuaje, lo observó y pareció molesto, como Helio pero no tanto. Entonces recordé que Helio me dijo que iba a arreglarlo todo, y le pregunté.
-¿No os lo había dicho Helio?-
-No-contestaron
-Dijo que iba a arreglarlo todo,¿ no habrá ido a…?-pregunté
-No es tan insensato- replicó su padre seriamente
Después de la reunión, fui a mi alcoba con intención de escribir a Mizra, y contarle que alguien poderoso nos trataba de estropear todo y citarla para hablar en la coronación de Altair, en el hostal de al lado del castillo.
Entonces alguien llamó a la puerta agitadamente.
Y solté rápidamente mi nuevo cuervo con la carta, por la ventana.

Acaba fuerte el cap.
¿Quién creéis que llama a la puerta?

Corazón de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora