Querida Marinette:
Hoy nuevamente tuve que recoger a Beka. Esta vez llegué a tiempo y pude verte salir tan radiante como siempre al lado de tu amiga rubia. Sonreías alegremente mientras caminabas con paciencia por las escaleras. Vestías casual y se notaba que era algo que habías hecho por lo bien que te quedaba. No sé si gracias a la charla de la vez pasada, mi presencia ya estaba llegándote, pero me viste, me saludaste y me sonreíste. Dejaste atrás a tu compañera solo para caminar a mí con alegría, una que no entendía a qué se debía, pero que no te iba a quitar por nada en el mundo. Cuando estuviste frente a mí, pude ver de una mejor manera tus bellos ojos grises cargados de timidez, emoción y alegría. Extendiste un disco y un marcador mientras te sonrojabas pidiéndome un autógrafo, eso fue suficiente para dártelo porque a ti no sería capaz de negarte nada. Cuando mi firma apareció en el disco y te lo extendí, nuestros dedos sin querer se rozaron, logrando que una pequeña corriente eléctrica los recorriera. Sé que también la sentiste porque no me volviste a ver a los ojos después de esto, pero estuve feliz, feliz de empezar a conectar más contigo a pesar de saber que ya tenías a alguien más en tu vida.
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Querida Marinette
RomanceDesde ese preciso momento lo supe. Tú merecías más que un te amo y yo estaba dispuesto a demostrártelo, porque era un hecho que me gustabas, siempre lo hiciste.