Decimoseptima carta

25 5 0
                                    

Querida Marinette:

Sabía que lo que hacía no estaba bien, pero no podía permitir que una persona fuera la que te estuviese apagando. Nuestras salidas para mí eran especiales. Amaba verte ser feliz a mi lado mientras recorríamos juntos la ciudad y después compartíamos un helado sentados en el parque. Nuestro lugar poco a poco fue cambiando, hasta quedar sentados bajo el árbol donde te vi. Sacaste tu libreta y comenzaste a dibujar. Mientras trazabas me dijiste que los vestuarios para el concierto estaban listos y que podía recogerlos en cualquier momento. Ahí fue donde de mi bolsillo saqué una entrada que no dudaste en agarrar con emoción, abrazándome y diciendo mil gracias. Hubo un momento en el que quedamos en silencio, siendo tú la que lo rompía al decirme: "Soy tu fan, Luka, y nunca creí poder compartir contigo de esta forma". El corazón que solo latía para mantenerme vivo, ahora latía por ti. Mis sospechas de que ya me conocías eran ciertas.

Querida MarinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora