Undécima carta

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Querida Marinette:

No esperaba encontrarte en nuestro evento de firmas con camisetas personalizadas. Te veías espectacular mientras esperabas con emoción a que llegara tu turno. Pasaste uno a uno con nerviosismo hasta llegar a mí. Me sonreíste y me tendiste lo que quería que te autografiara. Era tu libreta de diseños, específicamente una página en donde se apreciaba el dibujo de una ropa masculina muy fascinante que cumplía al pie de la letra la temática de nuestro próximo concierto. Te lo dije y eso te hizo sonrojar al punto en el que parecías un pequeño tomate. Eso me pareció muy tierno, así que no me contuve de reír, captando la atención de algunas chicas que me gritaban con gestos de enamoradas. El problema era que la única que me gustaba era la hermosa peli negra que se había desplazado a un lado para seguir con los autógrafos.
Al finalizar el día intenté buscarte con la esperanza de verte rondar, pero fue inútil, así que esperé a llegar a casa para poder pedirle ayuda a Beka con tu número de contacto. El diseño que había visto era maravilloso y valía la pena recomendarte porque sabía de tu talento y no quería que se desperdiciara.

Querida MarinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora