Nos estamos dirigiendo al nuevo cuartel de entrenamientos, donde solo Brutus y la mujer del Distrito 2, Enobaia, están presentes.
- Hasta ahora no me impresionan las opciones. - Digo.
- Hay que establecer en quién confiamos menos, e ir subiendo de ahí. - Dice Peeta.
Con el tiempo empiezan a llegar la mayoría, los Tributos del Distrito 1 están lanzando cuchillos. Johanna esta practicando con el hacha, y al verme me dirige una sonrisa malévola. Definitivamente no puedo confiar en ella. Brutus y Peeta están del otro lado lanzando lanzas, y a lo lejos veo a Beete y Wires, los tributos del Distrito 3 tratando de prender fuego.
- La fricción genera calor y el calor genera fuego. En teoría. - Explica Beete.
- Debes mover tus manos hacia abajo. - Digo, mientras les muestro el movimiento con mis manos - Y mas rapido.
Me siento a un lado de ellos, mientras Beete lo hace como le dije, ambos se emocionan al ver que empezó a salir humo.
- Un poco de fuerza bruta. - dice Wires.
- Ayuda siempre. - dice Beete emocionado. - Gracias. - voltea a verme y le sonrió amablemente.
- Esta en la esquina de la mesa, lo ves. - habla Wires, volteando hacia arriba.
- ¿Plutarch? - pregunto.
Beete eleva sus lentes y enfoca su vista.
- No junto a el.
Beete sonríe. - Campo de fuerza. - dice.
- ¿Cómo lo sabes?
- Resplandor. Arriba a la izquierda.
Me quedo mirando en esa dirección, perpleja. Pero entonces lo veo. Un pequeño espacio de unos quince centímetros cuadrados en la esquina de la mesa parece estar vibrando. Es como si el aire estuviera ondeado con pequeñas olas visibles, distorsionando los ángulos afilados de la madera y de una copa de vino que alguien puso alli.
- Parece cristal. - Digo.
- Para sépannos de ellos. - Dice Wires.
- Debe ser por mi culpa. Les lance una flecha el año pasado.
- Ah, electromagnético.
- ¿Cómo te das cuenta? - le pregunto a Beete, pero ambos rien. - Deberas es tan obvio.
- Si es obvio. - Dice Beete riéndose.
- Solo hace falta un letrero.
- Mira a tu alrededor, todos los hologramas suelen parpadear. ¿Por qué?
- Porque el campo de fuerzas toma demasiada corriente. - digo.
- Siempre hay una falla en el sistema.
Las horas pasan y esto de tratar de hacer amigos no es lo mio, asi que me dirijo a la sección de tiro con arco para buscar cordura. El entrenador, Tax, viendo que los objetivos inmóviles no suponen ningún reto para mi, empieza a lanzar muy arriba al aire a esos pájaros falsos tontos para que les dispare. Al principio parece estupido, pero incluso resulta ser divertido. Tax empieza a aumentar el numero de aves. Me olvido del resto del gimnasio y de los vencedores y de que miserable me siento, y me pierdo en el tiro. Cuando consigo acabar con cinco pájaros en una ronda, me doy cuenta de que hay tanto silencio que puedo ir como cada uno golpea el suelo. Me doy la vuelta y veo a la mayoría de los vencedores se han parado para mirarme. Sus rostros muestran cualquier cosa desde la envidia al odia a la admiración.
Después del entrenamiento, Peeta y yo estamos juntos, esperando que Haymitch y Effie aparezcan para la cena. Cuando nos llaman para comer, Haymitch se lanza sombre mi de inmediato.
- Asi que por lo menos la mitad de los vencedores les han dicho a sus mentores que te soliciten como aliada. Sé que no puede ser por tu alegre personalidad.
- La vieron disparar. - Dice Peeta con una sonrisa. - De hecho, yo la vi disparar, de verdad, por primera vez. Estoy a punto de presentar una solicitud formal yo mismo.
- ¿Tan buena eres? - Me pregunta Haymitch. - ¿Tan buena como para que te quiera Brutus?
Me encojo de hombros.
- Pero yo no quiero a Brutus. Quiero a Mags y al Distrito 3.
- Por supuesto que sí. Seria estupido si no lo hubiera sabido. - Haymitch suspira y encarga una botella de vino. - Les dice a todos que aun lo están decidiendo.
Desde ese dia, mi exhibición de tiro, aun soy objeto de algunas bromas, pero ya no siento que se burlen de mi. De hecho, me siento como si en cierta forma hubiera sido iniciada en el circulo de los vencedores. He tenido la oportunidad de conocer a esta gente, y cuánto mas los conozco peor me resultan. Porque, en conjunto, no los odio. Y me gustan algunos. Y muchos están tan dañados que mi instinto natural seria el de protegerlos. Pero todos tienen que morir si voy a salvar a Peeta.
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H&F
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¿Quién eres? - En Llamas - Los Juegos del Hambre
FanfictionDespués de los septuagésimos cuartos Juegos del Hambre, ___ y Peeta tienen que convencer al Capitolio sobre su "romance", pero las cosas pueden salirse un poco de control.