Poema n°122

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El fuego siempre ha dado miedo,
quema con solo acercar el dedo.
Está en nuestra naturaleza temer las llamas,
pero su innegable belleza es digna de miradas.
Dicen que la curiosidad mató al gato,
pero morir, muere el ser humano.
Mata la curiosidad o la codicia,
la inteligencia a veces va acompañada de avaricia.
El fuego arrasa sin piedad prados de tulipanes,
junglas, bosques tropicales,
y a aquellos que no pueden huir de sus hogares.
El fuego arde en vida,
arde de la humanidad la envidia.
Cuando se muere se va al infierno,
y allí es cuando descansa el espíritu de un fuego eterno.

Poemario de mi adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora