Poema n°149: Pecado en consciencia

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De perdón es mi pecado, pido y pido disculpas, siempre escondiendo una navaja en mi mano. Escondo mi crimen ya de antemano.

Crimen sin víctima más que el cristal roto, el césped mojado, o una flor que se ha marchitado. Cosas que ocurren por fuerzas mayores, lejanas, muy superiores a lo que yo haya deseado o creado.

Nunca mato, pero sí mueren a mi alrededor. Muertos hay muchos y muy muertos, como muerta estoy yo.

Escondo, camuflo, o eso intento.  La alegría, el amor, los anhelo tanto que de mí los resbalo. De hielo está hecha mi piel, no mi corazón, pero quién lo va a saber si huyo del sol como si este derritiera aquello que del mundo me pone a salvo.

No quiero que me vean, pero lloro cuando no lo hacen. Si me besan me arrepiento y si no, me ahogan los celos.

Sé lo que quiero y sé cuánto lo quiero. De tanto querer me lleno de odio, de miedo. 

Vuelta al pecado, al perdón. Perdón por quererte hasta llegar a la obsesión. Perdón por odiarte sin razón. Sólo llámame, aunque te salte el contestador. 

Disculpa si me callo, disculpa si hablo demasiado. Excusa que intente algo aunque sea en vano, excusa que no haga nada porque no lucho ni con guerreros al lado.

Intento quererme, dicen que el amor lo cura todo, en especial los problemas del alma. Pero cómo quererme si nadie me ve dama. Cómo quererme cuando mi piel está pintada por dagas.

Poemario de mi adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora