Se miraron.
Ella sonrió un poquito, le sonrió a él.
Él no sonrió de vuelta,
solo miró y apartó la mirada, como si nada.
Entonces, el corazón de ella
se rompió un poquito,
pero siguió con la sonrisa en la cara.
Tenía la ilusión de que él la volviera a mirar,
así que sonrió de nuevo para que,
de mirarla, la viera guapa.
Y así pasaron los meses.
Él seguía sin mirarla, sin decirle una palabra.
Pero ella sonreía de día,
por las noches lloraba hasta quedarse seca y vacía para no llorar por las mañanas.
Lo veía improbable,
pero aún así conservaba la esperanza
de que él se girara para mirarla.
ESTÁS LEYENDO
Poemario de mi adolescencia
Poésie-¿Por qué existimos?- Escribiré poemas hasta que encuentre la respuesta a esta pregunta. Cuando sepa el motivo de mi existencia ya me callaré. Hasta entonces mis palabras son suyas, pues nadie las escucha. Ambos sobreviviremos a la adolescencia jun...
