Poema nº104: para todas las amapolas que crecen solas

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Quisiera arroparte, mi pequeña Amapola. Quisiera decirte que todo mejora.

Intento ser optimista, siempre voy con una sonrisa.

Pero leo artículos, veo noticias. El mundo está lleno de tristes primicias.

La gente muere, eso me duele.

Amapola, morimos, nos ahogamos. Somos títeres de aquellos que dicen ayudarnos.

Las mentiras corrompen nuestro mundo. ¡Qué paisaje mas inmundo!

Los que no tienen nada algo quieren. Viven infiernos y ni salen en la tele.

Mi dulce Amapola, me temo que por las calles no puedes ir sola.

En las calles hay monstruos, no quiero que apaguen el brillo de tus ojos.

Donde hay que quejarse la gente prefiere callarse.

¿Se les puede llamar cobardes, Amapola? ¿O se les debe llamar víctimas, Amapola?

Hay plagas. Epidemias de hongos, de bacterias y de mentiras.

Sé que todo esto que te digo te hace llorar. Amapola, lo siento, pero tú sola no lo puedes remediar.

El peso del mundo sientes sobre tus hombros. No te vuelvas loca, el dolor no es para siempre, se va con los escombros.

No lo olvides. Estudia ahora que puedes, y luego ocúpate de arreglar a la gente.

Tienes que crecer, eres joven, juega en el campo. Te quiero tanto...

Para todas las amapolas que crecen solas en el campo. No sois frágiles, solo tenéis que tener cuidado. Vais a florecer, pero eso lleva tiempo. Recordad, porque haya gente triste no podéis pasaros la vida llorando. Llegará vuestro momento. Sé que no os lo parece, pero yo estoy aquí, y os escucho, os entiendo. Cada día podemos actuar por las buenas causas, pero debemos ser pacientes.

Poemario de mi adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora