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Martes 06/01/25

1:30pm

Después de acabar con nuestros almuerzos nos quedamos un rato más en la cafetería, siendo sincera yo ya estaba frustrada por lo caliente que me sentía y las dos miradas que recorrían mi cuerpo cada que podían, y peor aún dos inútiles que solo se estaban peleando por mi atención, estaba llegando al límite.

Para mí buena suerte y de mi para nada razonable exitacion al parecer Lara supo leerme.
Quito a su hermano y se sento justo a mi lado, lo hizo ver cómo una convivencia normal pero ella, ella sabía lo que me gustaba y empezaba a jugar conmigo y mi exagerada calentura.

Me abrazo de la cintura y paso su mano a mi abdomen, no ví nada de malo, hasta este punto pensé que había malentendido la situación pero empezó a pasar sus uñas rasguñandolo y respirando cerca de mi cuello.

Para todo el que nos viera era un simple abrazo de amigas, ella agarrandome de la cintura y con su cabeza metida en mi cuello pero ellas no eran cualquier persona y al parecer sus miradas no era tan poderosas porque sino ya estaría metida dos metros bajo tierra.

Lara siguió pasando sus uñas por mi abdomen y casi gimiendo en mi oído, todo eso pasaba pero yo solo podía tener la fantasía de que las dos mujeres de enfrente eran las que hacían eso, quite esos pensamientos y arriesgándome a ser expulsada si nos descubrían lleve a Lara al edificio donde tomaba clases de música, era el más alejado y dónde solo en horas exactas estaba ocupada y justo ahora no había ni un alma ahí.

Al momento que se cerró la puerta mi mano agarro su cuello, ya tenía su respiración muy agitada, la pegue a la pared y empecé a jugar con ella.

Puse mis labios rozando los suyos, podíamos sentir el aliento de la otra, saque mi lengua llegando a tocarle su labio inferior, ella abrió más la boca para agarrarla pero se la quite, todavía no era el momento. Mi mano hacía un recorrido con mis uñas de su cuello a sus pechos para llegar a su abdomen y subirle la blusa, le hice la misma tortura que ella me hizo a mi en la cafetería la rasguñe al punto de abrirle la piel, gimió no sé si de dolor o de placer pero eso a mí me puso mucho, me puse de rodillas y le desabroché el pantalón, me quiso tocar pero no sé lo permití

- Hey hey ojimiel, sabes que haciendo esto no me puedes tocar, sé una buena niña y te puedo complacer todo lo que quieras.- seguí bajando su pantalón y se lo quite. Regrese a su abdomen y pase mi lengua en sus heridas gimiendo las dos al momento, yo al sabor de la poca sangre que había salido de ahí, y ella a mi lengua caliente pasando por su parte más sensible, me volví a arrodillar y le separé un poco sus piernas, ella trataba de controlar sus gemidos al sentir mi aliento y mis manos en su entrepierna.

- Pídelo, pide que te folle tanto que no puedas caminar, pídelo como la zorra que fuiste al insinuarte así en la cafetería.- pase mi lengua por su mojada entrepierna y enterrando mis uñas en sus muslos, haciendola gritar mi nombre.

-Joder Luz, hazlo.
Follame, mete tus dedos tan profundo que no pueda parar de gritar, rasguñame y abre mi piel para que puedas beber de las dos fuentes que te dan vida. (Y no sabía que esto era en lo más literal de la palabra)

No aguante, en este punto yo ya estaba mojadisima por lo sumisa que ella estaba haciendo, sabía que eso me excitaba, sabía que el rasguñarla, el ver su sangre y el que me rogara para que la folle, era mi punto y solo era la punta del iceberg.

Lastimosamente rompí su ropa interior, subí su blusa tanto como su brassier, separé sus piernas y abrí su intimidad para pasar mi lengua en toda su entrada y llegar a su clítoris, mis manos fueron a sus pechos para agarrarlos y jugar con sus pezones, ella no paraba de gemir y gritar que la lastimara más, de reojo ví mi cabello y ya estaba teniendo mechones pelirrojos, no podía controlarme, ella se dió cuenta y jalo mi cabello para separarme de su intimidad.

Ella lo sabía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora