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Lunes 05/01/25

1:30pm

Las primeras clases fueron economía, ecología, matemáticas e inglés, y quiénes impartían las clases fueron bastantes cordiales y amables conmigo.

Salí del aula de inglés y afuera ya me esperaba mi fortachon favorito.- Hola pequeña, cómo ha ido tu día?

Paso un brazo sobre mis hombros y me atrajo a su cuerpo.- Muy bien, hasta ahora nadie ha sido desagradable conmigo.- a excepción de una persona pensé

Me llevo a la cafetería para ahí esperar a mi ojimiel que seguía en clase, nos sentamos en una banca cerca de las ventanas hasta atrás para tener privacidad.

Sentí de nuevo la sensación de estar quemandome e instantáneamente se me erizo la piel cuando me fijé quién nos estaba viendo fijamente.

Quien será ella? Y por que razón todas tienen que parecer diosas expulsadas del Olimpo? 

No pude apartar mi mirada de la suya, o de su cuerpo y si antes dije que la directora era la mujer más bella que había llegado a ver, estaba terriblemente equivocada. Tuve la misma sensación que con la directora, esos ojos ya los había visto y la sensación de estar presa en su mirada igual. Ella era alta pero no tanto como Mors, su cabello rubio como los rayos del sol y levemente ondulado, su piel era clara pero no mucho, era como si hubiera tomado unas vacaciones y se hubiera bronceado lo suficiente para tener el tono de piel tan llamativo, sus ojos no los distinguía mucho pero eran azules, azules como el cielo. Vestía con un traje completo blanco y lo único que cambiaba era su camisa negra desabotonada para llegar al inicio de sus pechos. Estaba permitido vestir así? En dónde hay muchos niños hormonales y cualquiera puede fantasear con tremenda mujer? Justamente como yo lo estoy haciendo.
Tenía la misma sonrisa que Mors como un depredador viendo a su presa.

No me percaté que el fortachon a mi lado me estaba hablando hasta que apretó mi pierna desnuda por el short.

- Umm que.. qué decías Zor?.- le contesté desviando mi mirada hacía el.

- Te pregunté que querías comer pequeña para ir a pedir.- me sonrió, ignore su sonrisa para volver a buscar esos ojos azules que me dejaron mareada.

No la encontré, no me quise ver tan desesperada al buscarla pero creo que falle porque cuando la encontré tenía una ceja alzada y me veía con una sonrisa más espeluznante que la otra. Noto que la estaba buscando y todavía se burló al reírse y negar con la cabeza.

Fruncí el ceño y ahora la indignada era yo, de reojo ví que se sentó dos mesas más enfrente a lado de nosotros, me pasó por la cabeza que tal vez esperaba a alguien y dejé de tomarle importancia.

Regrese mi vista al fortachon que no dejaba de verme y apretar mi pierna.- Un café solamente Zor.- entrecerró los ojos y contesto molesto.

- No has comido nada más que la manzana en la mañana pequeña, te puedes enfermar.- rodé los ojos.- que dices si traigo tu café y te traigo una ensalada o algo por el estilo?.

- La ensalada está en duda pero está bien, solo traeme el café que muero por el desde que llegué.

Sonrió, se acercó y me susurró

- Y yo muero por ti pequeña.- se erizo mi piel pero no por lo que el hizo sino por el gruñido y el desgarre de una mesa que se escuchó en la cafetería.

No sé porqué voltee a ver a la ojiazul y si pudiera ya hubiera enterrado a mi fortachon dos metros bajo tierra por la mirada que le está dando.

Espera, su mirada...Sus ojos tenían destellos rojos, mierda ya no puedo con estás alucinaciones o es que yo ya sé quiénes son?

Ella lo sabía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora